Pacto Verde y Economía circular, iniciativas para un mundo nuevo

JUN 2020

Antonio Lopez Crespo

Director

Al iniciar en octubre pasado, la andadura de Más Azul, anticipamos que nuestro nacimiento estaba vinculado a los enormes desafíos que enfrentábamos “ya no como pueblos o naciones sino como especie, tras más de un siglo de desarrollo desbocado e insostenible”.

Extracción de coltán en Congo para abastecer nuestros móviles.

Señalábamos algunas de sus secuelas: cambio climático, limitaciones de agua y alimentos, pérdida de biodiversidad, migraciones. Y advertíamos que era “necesario cambiar… encontrar nuevos caminos, nuevas soluciones”.

Durante décadas, científicos, analistas y medios en todo el mundo previnieron sobre la gravedad del rumbo de la humanidad y las duras consecuencias que tendríamos que pagar si no afrontábamos un cambio profundo el modelo de producción, organización y consumo.

La pandemia de Covid-19 nos enfrentó a una trágica realidad: las consecuencias globales ya están aquí y se pagan en vidas, en confinamiento y en un desastre económico de incalculables consecuencias.

La actual situación planetaria es insostenible. La naturaleza está dándonos innumerables avisos. La recuperación tras la pandemia debe encaminarse hacia una rápida construcción de un mundo nuevo. Si nos inclinamos por oír los “cantos de sirenas” que provienen de ciertos cenáculos del poder económico global y retornamos a la destrucción de la biodiversidad, al consumo irracional y a los niveles demenciales de contaminación, esperemos  nuevas y cada vez más graves calamidades.

Es urgente y necesario empezar a construir un mundo nuevo. Requiere valentía, creatividad y mucha decisión. Europa parece estar decidiendo emprender el camino del cambio.

La ciudadanía europea ha sido el motor: el 93% de los europeos consideran que el cambio climático es un problema serio y han realizado al menos una acción para frenarlo. Además, el 79% de los ciudadanos de la UE consideran que actuar contra el cambio climático es clave para mejorar en innovación y bienestar.

Buenas noticias

Tras innumerables dudas y claudicaciones ante lobbistas de la misma calaña pero de distintos sectores; atenazados por una burocracia asfixiante, las tormentas del Brexit y los brotes autocráticos y derechistas de Polonia, Hungría y otros ‘socios’, la UE parece recuperar aquella capacidad de liderazgo que hizo que el brillante Mark Leonard le atribuyera “el liderazgo del siglo XXI”.

En medio de la pandemia, Europa ha generado dos acontecimientos históricos: la presentación del Pacto Verde y el lanzamiento del Plan de Acción de Economía Circular.

Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo del Pacto Verde Europeo, advierte que “estamos en una situación de emergencia climática y medioambiental. El Pacto Verde Europeo representa una oportunidad para mejorar la salud y el bienestar de nuestros ciudadanos mediante la transformación de nuestro modelo económico.

El primero (Green Deal, dic. 2019), que incluye cincuenta acciones concretas para la lucha contra el cambio, es la nueva agenda de Europa para el crecimiento sostenible. Una hoja de ruta para hacer sostenible la economía de la Unión Europea y llevar al continente a ser climáticamente neutral, con una fuerte protección del hábitat natural y el cuidado de las personas.

El Pacto Verde Europeo implica varios objetivos que tendrán sin duda, consecuencias globales positivas y podrán significar la recuperación del liderazgo que la Unión Europa tuvo en términos de libertad, democracia y bienestar social:

  1. a) Ser el primer continente climáticamente neutro antes del 2050; b) Proteger la vida humana, los animales y las plantas reduciendo la contaminación; c) Ayudar a las empresas a convertirse en líderes mundiales en productos y tecnologías limpias, es decir líderes mundiales de la economía verde y d) Contribuir a garantizar una transición justa e integradora.

El segundo es un Plan de acción para hacer frente al modelo lineal de extraer-fabricar-desechar, con un nuevo modelo de economía circular que se presenta como la única alternativa para frenar el agotamiento de los recursos y la contaminación del Planeta.

El Pacto Verde representa el nuevo escenario político futuro de la UE presidida por Ursula von der Leyen

Si el Pacto Verde representa el nuevo escenario político futuro de la Unión Europea, el Plan de Acción permite que la economía sea compatible con ese futuro verde, estableciendo medidas a lo largo de todo el ciclo de vida de los productos, que fortalecen la competitividad mientras protegen el medio ambiente. Para lo cual otorga nuevos derechos a los consumidores.

Por su parte, el nuevo Plan de Acción sienta las bases de una transición hacia la economía circular en el ámbito de la UE. Y no se trata de un plan más para ampliar y mejorar el reciclado de productos sino de un nuevo paradigma de la producción y del consumo.

La UE se plantea eliminar el concepto de residuo, otorgarle a los productos en uso el mayor tiempo posible y regenerar los sistemas naturales. Un verdadero cambio en la dirección necesaria.

La Directiva de Ecodiseño propicia la circularidad (con adecuaciones en algunas cadenas de valor) y la extiende a un amplio número de productos. Ello impondrá un fuerte proceso de transformación e innovación en materia de negocios y productos, en tanto en la actualidad el 80% de los impactos ambientales de productos y servicios, provienen de la fase de diseño.

Se establecen regulaciones para el contenido de material reciclado, incentivos para aquellos modelos en los que el fabricante retiene la propiedad de sus productos y recompensas por sostenibilidad.

Timmermans explica porqué ambas acciones de la UE son complementarias: “Para lograr la neutralidad climática para 2050, preservar nuestro medio ambiente natural y fortalecer nuestra competitividad económica, se requiere una economía totalmente circular. Hoy, nuestra economía sigue siendo principalmente lineal, con solo el 12% de los materiales y recursos secundarios que se devuelven a la economía. Muchos productos se descomponen con demasiada facilidad, no se pueden reutilizar, reparar o reciclar, o están hechos para un solo uso”.

Este Plan de acción para la economía circular forma parte central del Pacto Verde con el que se quiere lograr la neutralidad climática, objetivo inalcanzable sin este cambio de rumbo hacia una nueva economía.

Lo cierto es que la transición hacia una economía circular ya está en marcha, con empresas líderes, consumidores y autoridades europeas adoptando un modelo sostenible que cambie definitivamente la forma en que se fabrican los productos y la durabilidad de los mismos.

Acciones concretas

El Plan de Acción de Economía Circular, presentado como parte de la Estrategia Industrial de la UE, incluye medidas extraordinarias que suponen la iniciación del camino hacia un mundo nuevo. La nueva legislación UE:

  • Garantizará que los productos comercializados en su mercado estén diseñados para durar más, sean más fáciles de reutilizar, reparar y reciclar, e incorporen la mayor cantidad posible de material reciclado en lugar de materia prima primaria. Y además restringirá el uso único, abordará la obsolescencia prematura y prohibirá la destrucción de bienes duraderos no vendidos.
  • Empoderará a los consumidores, para que tengan a información confiable sobre temas de reparabilidad y durabilidad de los productos para favorecer decisiones ambientalmente sostenibles. Los consumidores se beneficiarán de un verdadero “derecho de reparación”.
    • Asegurará menos desperdicio, centrando la acción en evitar el desperdicio, transformarlo en recursos secundarios de alta calidad y potenciar un mercado eficiente para las materias primas secundarias. En la actualidad, la UE genera 5 toneladas de residuos por persona/año. La Comisión se plantea la posibilidad de establecer un modelo armonizado en toda la UE para la recogida selectiva de residuos y el etiquetado. Y además propone minimizar las exportaciones de residuos de la UE y actuar contra los envíos ilegales.
    • Concentrará su acción en los sectores que utilizan más recursos y donde el potencial de circularidad es más alto. Es especialmente interesante ver las acciones concretas planteadas sobre cada sector:
  • Electrónica y TIC (‘Iniciativa de electrónica circular’ para prolongar la vida útil de los productos y mejorar la recolección y el tratamiento de los desechos);
  • Baterías y vehículos: nuevas regulaciones impondrán mejorar la sostenibilidad y aumentar el potencial circular de las baterías;
    • Embalaje: se determinarán nuevos requisitos obligatorios sobre embalajes sostenibles y la reducción del sobre-embalaje.
    • Plásticos: se impondrán nuevos requisitos sobre el porcentaje de contenido reciclado, mayores controles sobre microplásticos y estímulos a los de base biológica y biodegradables.
    • Textiles: se impulsará en el mercado de la UE la reutilización de textiles y se establecerá una nueva estrategia para fortalecer la competitividad y la innovación en el sector;
    • Construcción y edificios: una estrategia integral para un entorno de construcción sostenible que promueva principios de circularidad para edificios;
    • Alimentos: nueva legislación sobre reutilización para sustituir envases, vajilla y cubiertos por productos reutilizables en los servicios alimentarios.

Un importante grupo de empresas han expresado su compromiso con la acción climática en un manifiesto que insta a los gobiernos de la UE a dar prioridad a las inversiones verdes en sus planes de recuperación económica tras la crisis del Covid-19.

Acelerar la inversión en energía renovable crearía 42 millones de empleos a nivel global en 30 años

Un informe, publicado en mayo pasado, por la Agencia Internacional de Energía Renovable asegura que acelerar la inversión en energía renovable podría generar enormes beneficios económicos para el PIB mundial además de contribuir a detener el cambio climático.

Para AIER, esa inversión reduciría las emisiones de CO2 de la industria energética en un 70% para 2050, al reemplazar los combustibles fósiles; generaría ganancias globales en términos de PIB de 98.000 millones de dólares; cuadruplicaría el número de empleos a nivel global en el sector (42 millones en los próximos 30 años) y mejoraría de manera notable los indicadores globales de salud y bienestar.

La UE estima que el Plan de acción y sus ambiciosas medidas de economía circular arrojarán beneficios tanto en términos de crecimiento del PIB como de creación de empleo, que se estiman en 700.000 nuevos puestos de trabajo en la próxima década.

El Plan, en la misma dirección de las propuestas de Naciones Unidas, contempla “no dejar a nadie atrás” y reforzar la capacitación en los nuevos sectores de trabajo además de poner en marcha fondos de cohesión y mecanismos para una transición justa.

Virginijus Sinkevicius, Comisionada de Medio Ambiente, Océanos y Pesca de la UE nos recuerda que: “Solo tenemos un planeta Tierra y, sin embargo, para 2050 estaremos consumiendo como si tuviéramos tres. El nuevo Plan hará de la circularidad la corriente principal en nuestras vidas y acelerará la transición verde de nuestra economía. Ofrecemos acciones decisivas para cambiar la parte superior de la cadena de sostenibilidad: diseño de productos. Las acciones orientadas al futuro crearán oportunidades comerciales y laborales, otorgarán nuevos derechos a los consumidores europeos, aprovecharán la innovación y la digitalización y, al igual que la naturaleza, garantizarán que no se desperdicie nada”.