Encabeza producción y venta de autos eléctricos en el mundo

12 feb 2022

En la carrera por la electrificación automotriz, una importante etapa de la transición energética global, China lidera con diferencia a sus competidores. Hablamos sólo de coches eléctricos puros, sin incluir a los híbridos enchufables. Seis de cada diez unidades salieron de fábricas chinas y se matricularon unos 3 millones de vehículos en 2021 (45% matriculaciones mundiales, según la consultora Jato).

BYD, el gran fabricante chino de coches eléctricos que ya está en Europa y en América Latina.

El gigante asiático vende más vehículos limpios que el resto del mundo y se ha propuesto que en 2035 el 50% de las matriculaciones sean de este tipo. Se prevé que las ventas, que se duplicaron con creces el año pasado y superaron los 3 millones de unidades, vuelvan a duplicarse hasta alcanzar los 6 millones de EVs, según la Asociación China de vehículos de pasajeros.

Aunque fabricantes europeos como Daimler-Mercedez Benz Volkswagen proyectan enormes inversiones (89.000 y 60.000 millones de euros respectivamente) orientadas a la electromovilidad, China les lleva una ventaja considerable en la carrera global de producción de vehículos eléctricos.

Además, si bien todavía el sector automotriz eléctrico es pequeño dentro del universo del mercado automotriz, es el que crece a mayor velocidad. Su cuota de mercado en 2021 más que duplicó la de 2020 pasando de 2,6% al 5,8% y las ventas crecieron un 154%, pese de la escasez global de chips.

China (58%) también lidera la producción mundial de vehículos eléctricos por sobre Europa (27%) y EEUU (11%). En ese porcentaje se incluyen los vehículos eléctricos que producen automotrices extranjeras en suelo chino. Tesla, por ejemplo, posee una gigafactoría en Shanghái en la que fabricó casi la mitad de todos los vehículos que ha vendido el año pasado. Y también poseen plantas BMW, Polestar, Volvo y Volksvwagen.

Los fabricantes chinos cuentan con dos grandes ventajas respecto a sus competidores: un mercado local grande y receptivo de las energías limpias (sobre las cuales el gobierno ha puesto el acento en la última década) así como un importante apoyo gubernamental. La creciente preferencia del público por vehículos más ecológicos y limpios ha sido decisiva para el vertiginoso aumento de las ventas de vehículos eléctricos.

Además el consumidor chino valora que los vehículos eléctricos son más inteligentes que los de combustión interna, ya que ofrecen, en varios modelos, una conducción autónoma. Entre los conductores más jóvenes tiene éxito el pequeño y muy popular Hongguang Mini que produce SAIC-GM-Wuling Automobile, una de las empresas emergentes que junto a Xpeng, Nio o Li Auto, se han consolidado.

Hongguang Mini, el pequeño, popular y de bajo costo, exitoso entre los conductores más jóvenes.

Con la mira en 2022

En 2022 se espera que ese crecimiento sea aún mayor y tendrá impacto sobre los fabricantes occidentales. Es lo que sostiene Michael J. Dunne, CEO del grupo inversor ZoZo Go: “Las marcas chinas de vehículos eléctricos han estado tomando grandes porciones de la cuota de mercado de Chevy, Hyundai, PSA y Jeep. La única marca extranjera que ha superado la clasificación de los 10 mejores vehículos eléctricos de China es Tesla”.

Es una opinión que comparte la consultora Jato que cree que “la electrificación de la industria del motor representa una excelente oportunidad para que los fabricantes chinos ingresen por fin en la arena mundial”. Hay que recordar que hasta ahora, el alto porcentaje de ventas de coches eléctricos de las marcas chinas “se debe a la demanda doméstica, ya que el 95% de sus matriculaciones tuvieron lugar en el propio mercado chino”.

China considera al 2022, un año crucial para globalizar su industria de vehículos eléctricos. El ministro chino de Industria, Xiao Yaqing, anunció que el gobierno ha decidido acelerar las innovaciones, los productos y los estándares en su industria de vehículos de cero emisiones para iniciar un proceso de globalización del sector.

Hay que tener en cuenta que China domina además la cadena de suministro de minerales críticos para baterías, lo que le otorga una ventaja sobre otras regiones del mundo en términos de materias primas y costes de fabricación. Algo que reconocen estudios de Morgan Stanley Research y del propio Departamento de Energía de Estados Unidos.

Las previsiones son muy optimistas respecto de los coches eléctricos en China para este año, con un estancamiento de los vehículos con motores a combustión e incluso una pequeña merma. Pero existe un desafío que deberá enfrentar la movilidad eléctrica en China: la decisión gubernamental de reducir un 30% las ayudas a los fabricantes y solo se mantendrán los subsidios a los vehículos eléctricos de menos de u$s 47.000 dólares. Algunas marcas como Tesla, Polestar, FAW-VW y Leap Motor, optaron por subir los precios para resarcirse de los menores fondos gubernamentales, pero habrá que ver si la demanda lo consiente.

El fin total de las subvenciones gubernamentales para la compra de vehículos eléctricos está previsto para 2023. Se introdujeron hace más de una década para fomentar el desarrollo de la incipiente industria y se han ido eliminando paulatinamente como es habitual en la planificación económica china.

De cara al futuro

En tanto, la humanidad intenta acelerar los pasos para una transición energética limpia y terminar cuanto antes con la quema de combustibles fósiles, la adopción de vehículos eléctricos se transforma en una pieza fundamental de ese proceso. Queda claro que la industria petrolera y sus derivaciones en centrales eléctricas, plásticos, cemento y acero, etc. son los responsables de dos tercios de la contaminación global de CO2, mientras los automóviles contribuyen con un 12% de las emisiones.

Pero los vehículos eléctricos (y en especial si logramos sumarle el transporte terrestre de carga) resulta una solución rápida, que es factible comercial y técnicamente, para reducir emisiones mientras se gana tiempo para encontrar respuestas innovadoras en sectores donde la tecnología no está aún lo suficientemente desarrollada. Además permitiría evitar una disrupción industrial ya que podría sustituir la producción tradicional de automóviles a un coste global razonable.

La tibieza habitual de las políticas de la Unión Europea llevó a la comunidad a incentivar la demanda de automóviles sostenibles pero sin acciones decididas de apoyo a su producción, como sí hizo China. Por otra parte, tampoco apostó a impulsar los autos completamente eléctricos, sino el modelo híbrido, respondiendo a las presiones e intereses de las automotrices europeas existentes.

La política china en cambio, se aventuró decididamente por el coche, impulsando tanto la demanda como la producción y privilegiando los subsidios a los fabricantes para estimular la inversión en I+D investigación y desarrollo que ha resultado exitosa.

En los próximos años, veremos un crecimiento fulgurante del mercado automotriz eléctrico. Las estimaciones de los expertos prevén que pasará de representar el 4% de las ventas totales de autos en 2020 al 70% en 2040. China seguirá siendo el principal mercado, seguido de Europa y el resto de Asia en 2025, donde solo Corea del Sur ha estimulado la adopción de coches eléctricos. Para China ello constituye una gran oportunidad de expansión ya que el resto de Asia representa el 20% del mercado mundial de automóviles tradicionales y China tiene acuerdos comerciales regionales muy intensos con la región.

A esa expansión contribuirá también el hecho de que la producción de baterías eléctricas, se concentra en Asia (China, Corea del Sur y Japón). En ese sector también China es dominante ya que posee el 60% de la cuota de mercado de sus componentes, en especial litio, cobalto y níquel.

A contramano de la improvisación

Según el Ministerio de Industria y Tecnologías de la Información (MIIT) de China, los coches propulsados por energías alternativas (en su mayoría eléctricos) deberían representar el 25% de las ventas del país en 2025 y el 50% para 2035.

China es el primer mercado de vehículos eléctricos y el mayor productor mundial, pero ese liderazgo no es fruto del azar, sino de una cuidadosa política de planificación sostenida en el tiempo. Hace más de una década (2009), un consorcio de agencias del gobierno lideradas por el MIIT puso en funciones un programa de apoyos a la compra de transporte público eléctrico en varias ciudades.

Shenzhen, China, la primera ciudad del mundo en electrificar toda su flota de 16.000 autobuses.

Desde entonces, la inversión pública no dejó de incrementarse, mostrando la importancia estratégica que el gobierno otorga al desarrollo tecnológico y la nueva industria no tardó en nacer. En 2015 el programa Made in China 2025, parte del 13º Plan Quinquenal expresa claramente esa voluntad: “China pretende intercambiar gradualmente la tecnología extranjera por nacional dentro de sus fronteras y sentar las bases para que las empresas tecnológicas chinas entren a los mercados internacionales”.

Consolidada esa primera etapa de fortalecimiento interno, China abrió sus puertas a la inversión extranjera con Tesla como avanzada en 2019 y comenzó a reducir los subsidios tanto a la producción como a la demanda. En la actualidad, la tercera fábrica automotriz más valiosa del mundo, solo por detrás de Toyota y la propia Tesla, en la china Nio, especializada en coches eléctricos y con mayor valor bursátil que General Motors.

Dentro de la planificación gubernamental a favor del fortalecimiento de la innovación ahora es el turno de Contemporary Amperex Technology (CATL), la empresa china que es el mayor productor mundial de baterías para automóviles, con una cotización bursátil cercana a los u$s 130.000 millones), que supera incluso a petrolera nacional PetroChina. CTL en línea con los planes gubernamentales de innovación del gigante asiático ha anunciado su determinación de avanzar en la conducción autónoma de los nuevos vehículos.