22 feb 2022

La crisis climática podría provocar que en 2050, unos 216 millones de personas se vieran obligadas a dejar sus hogares y desplazarse dentro de sus países por causas medioambientales, según un informe reciente del Banco Mundial.

Las alteraciones climáticas desplazarán cientos de millones de personas de sus hogares.

En ese estudio, se estima que la migración en el interior de los países provocada por los impactos climáticos aumentará en todas las regiones y países, y que la escala de la migración interna provocada por los impactos climáticos será mucho mayor en las regiones más pobres y vulnerables, debido a las deficiencias de sus infraestructuras, sistemas sociales y económicos y de medios para abordar el cambio climático, lo que podría socavar cualquier avance logrado en materia de desarrollo.

La región con más desplazados climáticos internos sería el África subsahariana, que podría ver hasta 86 millones de personas en movimiento; seguida por el este de Asia y el Pacífico, con 49 millones; el sur de Asia, con 40 millones; el norte de África, con 19 millones; América Latina, con 17 millones; y Europa del Este y Asia Central, con cinco millones.

El motivo por el que África tiene esa proyección tan alta con respecto a otras regiones del mundo estriba en su alta vulnerabilidad a los impactos climáticos, sobre todo en las tierras áridas muy frágiles y en las zonas costeras. Hay que tener en cuenta, señala Naciones Unidas, que la agricultura, que en la región subsahariana se basa casi totalmente en cultivos de secano, con alto porcentaje de empleo.

La región más afectada sería el África subsahariana, con hasta 86 millones de desplazados climáticos.

Las previsiones estiman que en el Norte de África se registrará la mayor proporción de migrantes internos por motivos climáticos en relación con la población total, debido en gran medida a la grave escasez de agua, así como a los impactos del aumento del nivel del mar en las zonas costeras densamente pobladas y en el delta del Nilo.

Juergen Voegele, vicepresidente de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial, resaltó que el informe es un crudo recordatorio del coste humano que genera el cambio climático”, particularmente en las personas que cuentan con menos recursos quienes normalmente son las que menos han contribuido a la contaminación.

Algunas recomendaciones

Pero no todas son malas noticias. Según el informe, si se implementaran medidas concertadas y rápidas para reducir las emisiones contaminantes globales, los desplazamientos se podrían reducir hasta en un 80%. La migración climática podría disminuir a solo 44 millones de personas, si los países comienzan a reducir de inmediato los gases de efecto invernadero, corrigen las brechas de desarrollo, restauran sus ecosistemas y ayudan a las personas en términos de adaptación medioambiental. El informe del Banco Mundial propone un plan para que los países aborden “algunos de los factores clave” de la migración climática y formula cuatro recomendaciones principales.

Según el estudio, los puntos críticos de inmigración y emigración internas provocadas por los impactos climáticos se harán muy visibles a partir del 2030 y, para el 2050, habrán aumentado y se intensificarán, lo que pone de relieve la urgencia de enfrentar el problema y trazar planes para lograr que toda esa migración interna sea ordenada y pueda gestionarse, de modo que sirva como una estrategia de adaptación eficaz con resultados positivos en términos de desarrollo.

Adoptar medidas ahora, en el punto de confluencia del clima, el desarrollo y la migración, es fundamental para salvaguardar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el curso de la próxima década y garantizar la prosperidad compartida hasta la mitad del siglo y los años futuros.

Las cuatro principales recomendaciones del Banco Mundial para minimizar el impacto del calentamiento global y reducir al mínimo el desplazamiento de millones de personas abandonando sus hogares acuciados por el hambre, la sed, el calor o las inundaciones, son:.

1 Reducir las emisiones mundiales y hacer todo lo posible por alcanzar las metas de temperatura del Acuerdo de París;

2 Integrar la migración interna por motivos climáticos en la planificación de un desarrollo verde, resiliente e inclusivo con visión de futuro;

3 Prepararse para cada fase de desplazamiento, de modo que la migración interna por motivos climáticos pueda emplearse como estrategia de adaptación y genere resultados de desarrollo positivos;

4 Invertir en una mejor comprensión de los factores que impulsan la migración interna por razones climáticas, con el objeto de contribuir a la formulación de políticas adecuadamente orientadas.

Nadie está exento

Las estimaciones incluidas en el estudio son consideradas “conservadoras” en tanto solo incluyen motivos de migración provocados por los impactos de un cambio climático “de evolución lenta”, con reducciones paulatinas en la disponibilidad de agua, la productividad de los cultivos y el aumento del nivel del mar.

Pero no comprende a la mayoría de los países de altos ingresos, ni tampoco incluye a la región de Oriente Medio o los pequeño Estados insulares en desarrollo, altamente vulnerables. Debe tenerse en cuenta que la crisis climática puede acelerarse (lo está haciendo) y por tanto, desarrollarse un escenario más difícil.  

Los periodistas mexicanos Manuel Ortiz Escamez y Pamela Cruz han desarrollado una interesante investigación (“Evidencias de migraciones climáticas en Estados Unidos”), que revela como el fenómeno migratorio interno también afecta a la población estadounidense: “Tan solo en los primeros días de 2022, se anunció que decenas de miles de personas habían huido de sus viviendas por un masivo incendio en el estado de Colorado. ‘Las familias tuvieron apenas unos minutos para meter todo lo que podían –sus hijos, sus animales– en el auto y marcharse’, declaró el gobernador de Colorado Jarade Polis a los medios de comunicación. Y mientras escribo este texto (24 de enero de 2022) –cuenta Ortiz Escamez– otro incendio forestal, denominado ‘Colorado’ está consumiendo 425 hectáreas de Big Sur, la zona costera de California, dejando a por los menos 500 personas evacuadas”.

Los autores rememoran el drama de los residentes de Pacífica, un suburbio de 38.000 habitantes, a 12 kilómetros al sur de San Francisco que han sido testigos incrédulos de cómo el mar se ha ido tragando dramáticamente “los bellos acantilados que hasta hace algunos años servían como terrazas naturales para observar con tranquilidad las olas”.

 A partir de la tormenta El Niño de 2016, y el constante aumento del nivel del mar, ha provocado la paulatina demolición de las viviendas en los acantilados de Pacífica, obligando a sus habitantes, en su  mayoría de clase trabajadora, a una “retirada forzada no planificada, según Charles Lester, director del Centro de Política Oceánica y Costera de la Universidad de California en Santa Bárbara, quien se ha desempeñado como asesor de vivienda y cambio climático en Pacífica”.

Los incendios forestales son una de las mayores causas de migración climática en EEUU - Foto: Manuel Ortiz.

Ortiz ha sido testigo presencial de los desplazamientos forzados de población en EEUU. “El año pasado recorrí las zonas afectadas por el incendio Dixie, en el condado de Plumas, al norte de San Francisco, California. Como ya es sabido, los incendios forestales son, cada vez con mayor frecuencia, una de las causas de migración climática masiva en los Estados Unidos, particularmente en California, Oregon y Colorado. El paso en auto por la Sierra Nevada –majestuosa en mi memoria juvenil– era ahora un desolador paisaje de troncos negros y humeantes que se consumían como colillas de cigarrillos desechados sobre un inmenso cenicero”.

Incendios como el de Greenville, que fue arrasada por las llamas, con casi 1300 viviendas destruidas, convirtió a sus habitantes en “refugiados del fuego”, que terminaron viviendo en Quincy, el poblado más cercano al sur de Greenville, en improvisados campamentos en parques públicos o en sus propios vehículos aparcados en estacionamientos de centros comerciales.

En su artículos los periodistas rescatan un testimonio revelador de las tensiones que recorren las entrañas de la sociedad estadounidenses: “Lo que pasa aquí es obvio: estamos siendo afectados por el cambio climático. Pero hay quienes aún no lo quieren ver. Hoy me tocó a mí perder todas mis pertenencias. Aun no tengo claro qué haré. Si no hacemos algo pronto, si no entendemos que esto es real, a todos nos afectará tarde o temprano”.

Cuando los investigadores avanzan, surge el resultado de las campañas “negacionistas” fomentadas por la industria petrolera: “Yo llegué a este lugar hace 15 años para vivir cerca de la naturaleza. Aquí había mucha agua y los bosques se sentían vivos, el suelo estaba siempre húmedo…Era un buen lugar para vivir, aunque también aquí hay gente de mente muy cerrada, muy conservadora, muchos seguidores de Trump, que no creen en el cambio climático y se irritan si uno menciona esos temas, así que mejor ni hablar de eso aquí”.

 Lo sorprendente de las revelaciones logradas por Ortiz y Cruz es que aún entre los evacuados, víctimas del clima, hay quienes creen que el calentamiento global es una “farsa”: “El gobierno nos sacó de nuestras casas y las quemó para quedarse con nuestro territorio. Eso es lo que está pasando aquí”.

Mientras el incendio Dixie, y otros de iguales dimensiones destructivas en California y Oregon, que arrasaron durante el 2020 y 2021, vuelven a mostrar su peligrosidad en un período de sequía extrema sin precedentes en la costa oeste de EEUU.

Se ha terminado el tiempo en que los medios de comunicación del mundo desarrollado presentaban los desastres ambientales como algo ocurría en países exóticos, lejanos y pobres, pertenecientes a una triste categoría llamada “tercer mundo” o submundo, donde se alojaban todas las desgracias de la humanidad.

Pero la crisis climática ha golpeado duramente las puertas de EEUU y Europa, que descubren ahora que el cambio climático provocado por un irracional sistema de producción y consumo, ya está aquí. Y que la gente puede ser evacuada de sus casas y de sus comunidades, pero no es posible evacuar el Planeta.