Naciones Unidas lo recomienda por sus beneficios para la salud y el Planeta

09 may 2022

El mijo es uno de los alimentos humanos más antiguos. Se lo menciona en la Biblia como principal ingrediente de un pan sin fermentación. Procede del África central desde donde su cultivo se extendió hace 2.000 años hacia la India y China por el este, y hacia Asia Menor y Europa por el norte. Sigue siendo un componente básico de la dieta en muchos países africanos.

El superalimento, antioxidante, antiinflamatorio, de grandes propiedades nutritivas que ONU recomienda .

Es el fruto de una gramínea del grupo de los cereales (Panicum miliaceum), cuyos granos brillantes pueden ser de color blanco, amarillo, rojizo o negro. De los 30 millones de toneladas de mijo que se producen cada año en el mundo, dos tercios se destinan al consumo humano, y el resto a piensos, a la elaboración de bebidas alcohólicas y a usos agrícolas casi en su totalidad en países en desarrollo.

La abundancia de granos de mijo encontrados en yacimientos arqueológicos, plantean que su cultivo en la prehistoria fue de mayor relevancia que el arroz, especialmente en el norte de China y Corea y formaba parte importante de la dieta prehistórica en las sociedades indias, chinas neolíticas y coreanas.

Un superalimento redescubierto

Este cereal de sabor delicado, muy consumido en Asia y África, carece de gluten, posee enormes propiedades para la salud y ha sido redescubierto en Europa asociado a la cocina sana. Es muy rico en energía, ideal para consumir en el desayuno, resulta indispensable en la dieta de las personas celíacas ya que no contiene prolaminas tóxicas y reemplaza gran cantidad de los nutrientes de los alimentos con gluten.

Se trata de uno de los granos más ricos en hierro (60 gr. cubren el 41% de las necesidades diarias) y magnesio (29%), y es uno de los cereales más energéticos (41 gr de hidratos de carbono en 60 gr), con una cantidad moderada de proteínas (6 gr) y escasas grasas (2 gr). Su contenido en vitaminas B1, B2 y B9 triplica las del resto de cereales por lo que es un cereal muy apropiado para regenerar el sistema nervioso, tratar los cuadros de debilidad física y psíquica y para las mujeres durante el embarazo y la lactancia.

Es fuente de magnesio, potasio y vitaminas del complejo B dentro de la que destaca el ácido fólico o folato. El mijo es el único cereal capaz de alcalinizar la dieta equilibrando nuestro organismo del exceso de acidificación que conllevan otros alimentos.

En China, el mijo ha sido usado tradicionalmente como un alimento terapéutico, esto se debe a sus propiedades beneficiosas para el cerebro y sistema nervioso, puesto que su contenido en vitaminas del grupo B combate problemas de ansiedad y depresión, al tiempo que también previene contra pérdidas de memoria. Y por su alta contenido de hierro previene la aparición de problemas de anemia y ayuda a la producción de glóbulos rojos en sangre.

Hamburguesas de mijo y garbanzos con curry.

ONU impulsa su producción y consumo

El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas viene impulsando su consumo. Las ventajas para la salud humana como superalimento son notables, pero además resulta un cereal propicio para afrontar los desafíos que plantea la crisis climática y atender los problemas de salud del Planeta.

La planta de mijo tiene una alta tolerancia al calor (hasta 64°C). Es un grano que puede soportar cambios bruscos de temperatura, su crecimiento es rápido y tiene una alta resistencia contra plagas. Por su tolerancia a las sequías y las inundaciones, su cultivo sea una opción adecuada para atender la seguridad alimentaria en una era de cambio climático y agotamiento de los recursos naturales.

El mijo requiere menos agua que el arroz y el trigo, los dos alimentos básicos de gran parte de la población mundial. Los de temporada corta crecen fácilmente sin fertilizantes, lo que los convierte en una opción más saludable y segura, tanto para el consumidor como para tierra donde se cosecha. Cuando su cultivo se lo intercala con otros, beneficia la calidad del suelo ya que ayuda a la conservación del suelo en áreas propensas a la erosión y a controlar la escorrentía del agua.

Bishow Parajuli, representante del Programa Mundial de Alimentos y su director en India, señala que “además de ser una rica fuente de nutrientes y un cultivo resistente al clima, el mijo puede diversificar el sistema alimentario, contribuir a resiliencia y la adaptación, y mejorar los medios de subsistencia de los pequeños agricultores, incluidas las mujeres, a nivel nacional y regional”.

En India, el Programa Mundial de Alimentos respalda una serie de iniciativas para entregar semillas de mijo a personas vulnerables para combatir el hambre y mejorar los medios de vida. Una de esas iniciativas se está arraigando en Odisha (India), donde el mijo está cambiando la vida de la población.

La resistencia de la semilla a las altas temperaturas de la región, su bajo requerimiento de agua para su producción y los beneficios que otorga a la calidad del suelo han llevado a la agencia sobre alimentación de la ONU ha impulsar la cosecha del mijo entre los agricultores de la zona.

En un artículo publicado el pasado mes de abril por ONU News se relata la experiencia de Subasa Mohanta, una campesina que en 2018, recibió una pequeña bolsa de semillas como parte del programa y que transformó su vida y la de su esposo y sus dos hijos.

En las 0,6 has de tierra sin cultivar que rodean su casa de ladrillo y barro en el pueblo de Goili, en el distrito de Mayurbhanj, plantó el mijo (mandia en lengua local) que vendió mientras una parte sirvió para el alimento de los suyos y otra para resembrar. Tres años después, Subasa cultiva su propia tierra más otras 3,2 has que ha alquilado, y asesora a mujeres en Mayurbhanj y otros distritos de Odisha sobre las mejores prácticas de cultivo de mijo.

En Odisha, lo que comenzó hace cuatro años como una campaña de distribución de semillas, hoy es una “revolución del mijo”, convertido en un movimiento impulsado por grupos de autoayuda de mujeres que han llevado la iniciativa no solo al mejoramiento de los rindes del cereal sino a la apertura de tiendas de café y comidas a base de mijo.

Cafaterías de mijo inauguradas por grupos de mujeres en Odisha (India)- Foto: ONU India/Anadi Charan Behera.

La Misión Odisha Millets lanzada en 2017 es la primera iniciativa agrícola de su tipo que fomenta el cultivo de mijo rico en nutrientes en la India oriental. Su objetivo va más allá de recuperar el mijo: pretende fortalecer los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria de los pequeños agricultores alentándolos a adoptar cultivos resistentes al clima y, al mismo tiempo, generar demanda del producto.

El mijo todavía se percibe como un alimento de los pobres y los desfavorecidos, un problema de imagen que debe superarse con promociones, campañas en las redes sociales y mensajes de concienciación de celebrities que ayuden a valorizar este superalimento, que es además una solución para afrontar la crisis climática.

La expansión en India es impactante. De unos pocos distritos iniciales, en cuatro años su alcance se ha extendido a 15.608 aldeas y más de 110.000 agricultores. Para reforzar la misión, la Asamblea General de la ONU adoptó el año pasado una resolución declarando al 2023 Año Internacional del Mijo.

El mijo necesita dejar de ser la comida de los pobres y penetrar en el consumidor de las grandes urbes y en los más importantes mercados masivos occidentales, más allá de las tiendas de alimentación saludable. Su condición de ‘superalimento’ y sus beneficios para la salud humana y del Planeta hacen incomprensible que no aprovechemos sus virtudes, desde reducir los riesgos de diabetes y de enfermedades cardíacas y trastornos relacionados con la digestión, como mejorar la salud respiratoria, los sistemas muscular y neural y aportar a la salud psíquica.

Naciones Unidas apuesta a que esta semilla se convierta en una herramienta para abordar no solo el hambre y la desnutrición de los sectores más vulnerables sino en un alimento de consumo regular de amplios sectores para garantizar la seguridad alimentaria futura, bajo las condiciones que imponga el cambio climático.

 

Fuente: Noticias Naciones Unidas, 15 Abril 2022