08 ene 2023

Está claro que China no deja de sorprender cuando se trata de su capacidad de realización. En la última semana del 2022, la empresa energética estatal China Three Gorges (CTG) puso en pleno funcionamiento la central hidroeléctrica de Baihetan, la segunda más grande del mundo en términos de capacidad instalada total, ubicada en el cauce superior del río Yangtse, en el suroeste del país.

Con la central hidroeléctrica de Baihetan se consolida el corredor de energía limpia más grande del mundo.

Su puesta en pleno funcionamiento, según la Corporación Tres Gargantas (CTG) que gestiona el complejo, marca un hecho histórico: la finalización del corredor de energía limpia más grande del mundo, que integra seis mega-estaciones hidroeléctricas en el Yangtse, que permiten proveer de electricidad desde el oeste rico en recursos a las regiones consumidoras de energía en el este.

La central hidroeléctrica Baihetan ocupa el segundo lugar después del proyecto de la Presa de las Tres Gargantas en la provincia de Hubei, en el centro del país. Con una capacidad instalada total de 16 millones de kilovatios, se completó su plena operatividad al ponerse en marcha la última de sus 16 unidades de generación hidroeléctrica.

La operación completa de Baihetan es de enorme importancia ambiental pues supone el cambio en la estructura energética en la que está embarcada China, con la construcción de la Franja Económica del Río Yangtse y el desarrollo coordinado de la economía regional en el país.

Para Lei Mingshan, presidente de la corporación “Baihetan significa un gran avance en la fabricación de equipos de alta gama de China, ya que está equipada con 16 unidades de generación hidroeléctrica de cosecha propia, cada una con una capacidad de 1 millón de kilovatios, la capacidad de una sola unidad más grande del mundo”, dijo

El corredor de energía limpia más grande del mundo

El colosal corredor se compone ahora de seis estaciones hidroeléctricas sobre el río Yangtse que son administradas por la Corporación Tres Gargantas. Cuatro de ellas (Wudongde, Baihetan, Xiluodu y Xiangjiaba) se ubican en el río Jinsha, la sección superior del río Yangtse, mientras que las otras dos (la presa de las Tres Gargantas y Gezhouba) están localizadas en la sección media del río.

El corredor implica reducir 90 millones Tn de consumo de carbón y eliminar 248 millones Tn de emisiones CO2.

Forman un corredor de energía hidroeléctrica de 1.800 kilómetros de largo que también desempeña un papel importante en el control de inundaciones, el transporte marítimo y la utilización de recursos hídricos en la cuenca del río Yangtse. Generan 300.000 millones de kilovatios-hora de electricidad cada año, lo que implica reducir 90 millones de toneladas de consumo de carbón y eliminar 248 millones de toneladas de emisiones de carbono.

Hacia una civilización ecológica

Los avances en recuperación ambiental de China no parecen terminar allí. El país, siguiendo su estrategia de “civilización ecológica” para reponer la armonía entre los seres humanos y la naturaleza, ha anunciado que restaurará unos 6,67 millones de hectáreas de tierras desertificadas hasta 2025 como parte de su lucha a largo plazo contra la desertificación.

Para 2030, se rehabilitarán 12,4 millones de hectáreas de tierras desertificadas, de acuerdo con el plan 2021-2030. El plan divide las tierras desertificadas del país en cinco categorías y especifica medidas para restaurarlas o protegerlas.

China ha restaurado más de la mitad de sus tierras desertificadas manejables en la última década, logrando grandes avances en la lucha contra la desertificación.

 

En el desierto de Kubuqi los resultados han sido impresionantes: 6.250 kms2 de bosques y cuadruplicar las lluvias.

En la última década, la laboriosidad china ha permitido la mayor extensión de bosques artificiales del mundo, un extraordinario éxito que supone más de 18 millones de hectáreas de plantación de árboles y pasturas.

En la última década, las especies que se han detectado en territorio chino e incluido en el Catálogo de Fauna y Flora de China suman 128.000, casi duplicando la cifra de 2011. Más de 300 especies en peligro de extinción han experimentado alentadores crecimientos poblacionales. Las poblaciones silvestres de osos pandas y antílopes tibetanos han registrado un incremento evidente, por lo que la calificación que determina su grado de amenaza ha bajado de “en peligro de extinción” a “vulnerable”. Los ibis crestados, tildados de joya del Oriente, han visto expandirse su número hasta 5.000, mientras los alces, cuyas especies silvestres desaparecían de forma alarmante, ya superan las 8.000 cabezas.