EL ACTOR ALEC BALDWIN Y SU MUJER PLANTEAN CÓMO LOGRARLO

FEB 2020

Somos 7.700 millones de humanos compartiendo nuestro “Planeta azul”. Naciones Unidas calcula que la población mundial llegará los 10.000 millones de personas en 2053 (“Perspectivas de la Población Mundial 2019”).

Para entonces, un cuarto de la población en Europa y América del Norte tendrá 65 años o más. India experimentará una explosión demográfica entre 2020 y 2050 y se espera que en la presente década  supere a China como el país más poblado del mundo.

“El mayor crecimiento demográfico se dará en los países más pobres, lo que supone desafíos adicionales” advierte Liu Zhenmin, Subsecretario General de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas. Combatir la pobreza, el hambre y la desigualdad social plantearán retos formidables.

India, China, Pakistán, Indonesia, Egipto, Nigeria, Tanzania, Etiopía, República Democrática del Congo y Estados Unidos serán los países de mayor crecimiento demográfico en ese período. La esperanza de vida global alcanzará los 77,1 años en 2050 cuando apenas sobrepasaba los 64 años en 1990.

La región subsahariana, una de las más pobres del Planeta, duplicará su población como prácticamente todo el resto de África, que pasará desde los 1.203 millones actuales hasta los 2.527 a mediados del siglo. Naciones Unidas anticipa que la presión migratoria sobre Europa no va a descender.

Un grave interrogante

Esos datos plantean un serio y grave interrogante: Será posible proveer de alimentos suficientes y accesibles a 10.000 millones de personas? La pregunta remite a una nueva demanda: Cuales serían los impactos sobre el Planeta que supondría una producción de alimentos semejante?

Conseguir el primer objetivo de lograr dietas saludables y suficientes para nutrir a 10.000 millones de personas en 2053 es posible. Pero para lograrlo en términos sostenibles para el Planeta y accesibles para todos, requiere realizar cambios radicales en dos direcciones simultáneas: establecer dietas saludables y lograr una producción sostenible de alimentos.

Los expertos en nutrición consideran que 2020 deberá ser un año clave para contribuir a la eliminación del hambre, terminar con el gigantesco desperdicio de comida y garantizar una dieta diversa, nutritiva y sostenible para los casi 8.000 millones de personas que hoy habitan un planeta que se calienta dramáticamente.

Pero ello requiere una drástica transformación del sistema alimentario global, para terminar de manera urgente con el modo irracional en que hoy producimos y consumimos alimentos.

Unas 25.000 personas de 96 nacionalidades tiran más de 20 tns. en la ‘guerra de tomates’ en Buñol (España).

Esa reconversión implica dos estrategias concurrentes. Por un lado, un compromiso a nivel nacional e internacional que promueva dietas saludables, lo que supone un incremento del consumo de frutas, verduras, legumbres, nueces y semillas, que duplique o más el volumen actual y una reducción a nivel global, superior al 50% en el consumo de carne roja y azucares añadidos.

Y por otro, medidas dirigidas a una transformación de la producción y la industrialización de los alimentos. El futuro del sector alimentario pasa por encontrar la fórmula para producir más con menos y hacerlo de forma sostenible, invirtiendo en prácticas agrícolas sostenibles.

Según el informe “Food production that doesn’t cost the Earth” (AXA IM, abril 2019), ello implica una producción de alimento que limita su huella de carbono, así como la intensidad del agua y el uso de la tierra, protegiendo la calidad del suelo, la biodiversidad y evitando la deforestación.

Todos esos instrumentos constituyen herramientas para paliar los efectos del cambio climático, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero que genera el sector, algo que también deberá aplicarse a la producción de carne de cualquier tipo.

La Tierra, el otro escenario de Alec Baldwin

El famosísimo actor no solo es conocido por su extraordinaria trayectoria actoral, sino también  por su activa defensa del Planeta y en especial de los animales. En los últimos años, junto a su mujer, la española Hilaria, vegetariana desde los cinco años y profesora de yoga, han realizado una intensa campaña de concientización sobre la forma de producir nuestros alimentos y en favor de una dieta sana.

Alec e Hilaria Baldwin proponen dietas saludables y sostenibles Foto ONU/Elizabeth Scaffidi.

Vinculado a la alianza acordada entre la Fundación EAT y la revista médica The Lancet, Baldwin y su esposa han promocionado las conclusiones del Informe Eat-Lancet publicado el año pasado.

EAT es una fundación internacional con tres socios principales: la Fundación Stordalen, el Centro de Resiliencia de Estocolmo y el Wellcome Trust y tiene el objetivo de ampliar el conocimiento científico sobre las interconexiones entre la sostenibilidad alimentaria, la salud y el medio ambiente. Lancet por su parte, es una prestigiosa revista médica británica.

El actor alerta sobre el hecho de que la producción de alimentos es la mayor causante de la reconversión de tierras y pérdida de bosques y defiende con entusiasmo una de las conclusiones del Informe: es posible alimentar a la humanidad con las tierras agrícolas existentes. Baldwin plantea adoptar la estrategia “Media Tierra”: “Debemos preservar al menos el 80% de las especies pre-industriales y proteger el 50% restante de la Tierra como ecosistemas intactos. Un mensaje claro del informe es este: la mitad del planeta es suficiente”.

Y destaca dos fundamentos: “En primer lugar, porque es correcto que sea así. Hemos de dejar la otra mitad de las tierras intactas en beneficio de la naturaleza y parar la sexta extinción (provocada por el hombre). Y en segundo lugar, porque no necesitamos más tierra para alimentar al mundo. El informe desacredita una errónea idea común y peligrosa. No se necesita más reconversión, más expansión, más deforestación y más destrucción ambiental”.

El Informe EAT-Lancet, que cuenta con la participación de varias organizaciones de la ONU, busca transformar la producción agrícola para que su modelo pase de la producción intensiva de  víveres a una producción de alimentos de mayor calidad.

Según el Informe, las dietas saludables se deben basar en el consumo de una amplia variedad “de alimentos de origen vegetal, bajas cantidades de alimentos de origen animal, que contengan grasas insaturadas en lugar de saturadas, y cantidades limitadas de granos refinados, alimentos altamente procesados y azúcares añadidos”.

Richard Horton, editor en jefe de The Lancet, defiende el Informe y despeja algunas críticas infundadas: “Allí se recomienda una reducción, no la erradicación, del consumo de carne (…) No estábamos diciendo que todo el mundo debería volverse vegano en su dieta… sino ver la carne como un alimento de lujo, un privilegio, no todos los días, no necesariamente todas las semanas, sino quizás un par de veces al mes”.

Ante las dificultades que plantea una drástica transformación alimentaria, tanto en el consumo como en la producción, el Informe EAT-Lancet recomienda acciones urgentes: “Se trata de un cambio cultural. Se requiere trabajo duro, voluntad política y recursos suficientes… Los datos son suficientes y suficientemente sólidos como para justificar una acción inmediata”.

Es posible

El informe reconoce que “es posible alimentar a 10.000 millones de personas el año 2050 sin arruinar aún más el medio ambiente y, al mismo tiempo, dejar la mitad del planeta en manos de la naturaleza”. “Es una de las noticias más alentadoras que he oído desde hace tiempo”, reconoce Baldwin.

Más de 150 millones de niños sufren retraso de crecimiento, por falta de alimentos.

Tenemos las soluciones, las tecnologías y las herramientas políticas para lograr un cambio alimentario y conseguir el objetivo de alimentar 10.000 millones de personas, pero ello requiere: unas prácticas agrícolas más eficientes en tierras ya reconvertidas; reorientar la producción agrícola focalizándola en la elaboración de más alimentos saludables en lugar de grandes volúmenes; reducción al menos a la mitad del escandaloso desperdicio o pérdida del 30% de los alimentos; y disminución drástica de la producción y consumo de carne.

Alec Baldwin recomienda por su propia experiencia –se hizo vegetariano tras tener un importante sobrepeso– que la adopción de dietas y recetas basadas en verduras, cereales, frutas y hortalizas no solo podemos proteger nuestra salud sino también la salud del Planeta.

“Un tercio de la tierra cultivable del mundo se utiliza para alimentar a vacas, en lugar de frutas, frutos secos, verduras y cereales integrales que necesitan las personas sanas”, dice el célebre actor. “La producción de carne roja en EEUU es cinco veces superior a la recomendada en dietas saludables, mientras que la producción de alimentos, frutos secos y verduras es inferior entre un 20 a 80% .Sería verdaderamente devastador para el mundo si otros países hubieran seguido la dieta americana”.