Poner a las personas y al planeta en primer lugar y limitar los excesos de las fuerzas del mercado

22 FEB 2022

Kate Whiting, 19 ene 2022

El primer ministro de Japón, Kishida Fumio, promete una nueva forma de capitalismo.

El Primer Ministro de Japón, Kishida Fumio, se ha propuesto como misión de lograr “la gran transformación de la sociedad democrática liberal”, poniendo a las personas y al Planeta en primer lugar en sus políticas económicas.

En un discurso especial para la Agenda 2022 de Davos, dijo que sus tres prioridades para el país eran: superar el COVID-19, reactivar la economía japonesa a través de una “nueva forma de capitalismo” y adoptar un “enfoque realista de la política exterior de Japón mientras aspira al ideal”.

La historia ha demostrado que el capitalismo de estado sin frenos y contrapesos conlleva riesgos dentro y fuera del país, y enumeró desafíos que incluyen el cambio climático, la ampliación de las brechas de ingresos, las disparidades rural-urbanas y las tensiones sociales.

Los líderes de los gobiernos, las industrias y los sindicatos deben trabajar juntos para “generar un impulso masivo para crear una marea histórica para un cambio de paradigma global en las políticas”.

Japón utilizará su presidencia del G7 el próximo año para demostrar cómo puede evolucionar el capitalismo, dijo el primer ministro Kishida, quien asumió el cargo en octubre de 2021.

Kishida Fumio propone poner a las personas y al Planeta en primer lugar en sus políticas económicas.

Hacia un nuevo capitalismo

En lugar de dejar todo en manos del mercado y la competencia, el primer ministro dijo que Japón se centrará en la colaboración de los sectores público y privado en las reformas para lograr la “transformación económica y social”.

Kishida también lanzaría nuevos mecanismos para “inspirar la inversión y cambiar la forma de compartir valores agregados”, dijo, que estarían integrados tanto en las estrategias de crecimiento como de distribución.

“Ha habido una dependencia excesiva de la competencia y la autorregulación para limitar los excesos de las fuerzas del mercado. Esto debe cambiar”.

Reiteró que las políticas actuales no son suficientes para asegurar que el crecimiento sea sostenible e inclusivo.

Un líder en transformación verde

Japón se ha comprometido a una reducción del 46% de las emisiones para 2030 y a la neutralidad de carbono para 2050.

Kishida admitió que el viaje para lograr estos objetivos es “extraordinariamente desafiante”, y existen vulnerabilidades en el lado de la oferta. Japón no tiene conexiones a la red internacional y la desconfianza pública hacia la energía nuclear sigue siendo fuerte tras el accidente de Fukushima.

Para superar las vulnerabilidades, los sectores público y privado trabajarían juntos para transformar e innovar hacia una “sociedad neutral en carbono tanto en el lado de la demanda como en el de la oferta”.

La inversión en tecnología verde se duplicará y Kishida trabajará en redes de próxima generación y reformas del mercado laboral, además de introducir un sistema de fijación de precios del carbono y apoyar el mercado asiático de comercio de emisiones.

La transición a la energía limpia significaría “adoptar audazmente políticas que han sido difíciles en el pasado”.

Digitalización e inversión en capital humano

Otro pilar importante para la transformación de Japón es la digitalización. La pandemia de COVID-19 mostró a las personas cuán rezagado está Japón, al tiempo que demostró que la tecnología digital es “indispensable para resolver problemas sociales”, incluida la despoblación de las áreas rurales y el envejecimiento de la población.

La clave para esto es la inversión en infraestructura: el gobierno invertirá en cables submarinos y redes de fibra óptica. Promoverá redes de próxima generación utilizando tecnología de comunicación óptica que es 100 veces más rápida y reduce el consumo de electricidad a una décima parte, dijo.

La inversión en las personas será crucial para lograr una sociedad y la digitalización neutras en carbono, afirmó Kishida.

Durante años, las empresas japonesas han tratado de reducir los costos y suministrar productos más baratos que los competidores, pero la inversión en personas se ha considerado un costo y los niveles salariales se han estancado, dijo.

“A medida que avanzamos, debemos construir un círculo virtuoso en el que la inversión en las personas conduzca a un aumento continuo del valor de la empresa y atraiga más inversiones en capital humano”.

Kishida también presentó planes para programas de habilidades y promoción de mujeres ejecutivas, además de crear un sistema de divulgación para fomentar la inversión en capital humano.

“La inversión en personas a menudo se considera un costo, pero es una fuente de valor corporativo a mediano y largo plazo”, dijo.

Kate Whiting, escritora y periodista, Amersham, Inglaterra

Ver discurso especial completo de Kishida Fumio

Más información sobre la Agenda de Davos 2022

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