Hacia un nuevo capitalismo
En lugar de dejar todo en manos del mercado y la competencia, el primer ministro dijo que Japón se centrará en la colaboración de los sectores público y privado en las reformas para lograr la “transformación económica y social”.
Kishida también lanzaría nuevos mecanismos para “inspirar la inversión y cambiar la forma de compartir valores agregados”, dijo, que estarían integrados tanto en las estrategias de crecimiento como de distribución.
“Ha habido una dependencia excesiva de la competencia y la autorregulación para limitar los excesos de las fuerzas del mercado. Esto debe cambiar”.
Reiteró que las políticas actuales no son suficientes para asegurar que el crecimiento sea sostenible e inclusivo.
Un líder en transformación verde
Japón se ha comprometido a una reducción del 46% de las emisiones para 2030 y a la neutralidad de carbono para 2050.
Kishida admitió que el viaje para lograr estos objetivos es “extraordinariamente desafiante”, y existen vulnerabilidades en el lado de la oferta. Japón no tiene conexiones a la red internacional y la desconfianza pública hacia la energía nuclear sigue siendo fuerte tras el accidente de Fukushima.
Para superar las vulnerabilidades, los sectores público y privado trabajarían juntos para transformar e innovar hacia una “sociedad neutral en carbono tanto en el lado de la demanda como en el de la oferta”.
La inversión en tecnología verde se duplicará y Kishida trabajará en redes de próxima generación y reformas del mercado laboral, además de introducir un sistema de fijación de precios del carbono y apoyar el mercado asiático de comercio de emisiones.
La transición a la energía limpia significaría “adoptar audazmente políticas que han sido difíciles en el pasado”.
Digitalización e inversión en capital humano
Otro pilar importante para la transformación de Japón es la digitalización. La pandemia de COVID-19 mostró a las personas cuán rezagado está Japón, al tiempo que demostró que la tecnología digital es “indispensable para resolver problemas sociales”, incluida la despoblación de las áreas rurales y el envejecimiento de la población.
La clave para esto es la inversión en infraestructura: el gobierno invertirá en cables submarinos y redes de fibra óptica. Promoverá redes de próxima generación utilizando tecnología de comunicación óptica que es 100 veces más rápida y reduce el consumo de electricidad a una décima parte, dijo.
La inversión en las personas será crucial para lograr una sociedad y la digitalización neutras en carbono, afirmó Kishida.
Durante años, las empresas japonesas han tratado de reducir los costos y suministrar productos más baratos que los competidores, pero la inversión en personas se ha considerado un costo y los niveles salariales se han estancado, dijo.
“A medida que avanzamos, debemos construir un círculo virtuoso en el que la inversión en las personas conduzca a un aumento continuo del valor de la empresa y atraiga más inversiones en capital humano”.
Kishida también presentó planes para programas de habilidades y promoción de mujeres ejecutivas, además de crear un sistema de divulgación para fomentar la inversión en capital humano.
“La inversión en personas a menudo se considera un costo, pero es una fuente de valor corporativo a mediano y largo plazo”, dijo.