En el pasado número de Más Azul (Ver n°6, marzo 20, “La joven “anti-Greta” cobra por cuestionar el cambio climático”) denunciábamos que Naomi Seibt, además de recibir dinero del Instituto Heartland, uno de los cenáculos del “negacionismo climático”, estaba a la ultra derecha alemana y los grupos filo-nazis.
Naomi, la nueva estrella con la que soñaban en sus expectativas delirantes, los “momios” de la Casa Blanca y los grupos más reaccionarios de la UE, se apaga. Buscaban crear en el laboratorio, una “anti-Greta” para desviar la ola imparable de los jóvenes que quieren salvar el Planeta y que Greta Thunberg ha encarnado desde el primer día.
El invento del Instituto Heartland se deshace en pedazos. Seibt no es la niña alarmada e inocente que quiere luchar contra “una ideología despreciablemente antihumana” que se oculta bajo la defensa ambiental. Es una militante de los grupos filo-nazis de Alemania. La estupidez y torpeza de los negacionistas parece infinita.
Una foto ha bastado para destruir el juego: la youtuber y empleada de Heartland marchando con grupos neonazis, que promueven la supremacía blanca. La imagen, capturada en Münster (Alemania), durante una manifestación antiabortista en 2018, muestra a Naomi con gorro negro y enfundada en una cazadora celeste, marchando con un grupo de neonazis, que incluía a Robert Malcoci, miembro de una conocida familia de la ultraderecha alemana.
Los Malcoci están capitaneados por Christian padre, un rumano miembro del NSDAP, fundado en EEUU, cuyo objetivo es reinstalar un régimen nacionalsocialista. Todos sus miembros tienen una activa participación en las diversas ramas del árbol neonazi europeo. Tanto su ex mujer Maria-Luise Süß-Lindert, sus tres hijos Timm, Karl y Robert son conocidos militantes. Separada de Malcoci, Maria-Luise y su nueva pareja Maik Mosebach fundaron el micro-partido neonazi “Der III”.
Si bien La marcha “1.000 cruces blancas” (1.000 Kreuze Marsch), no era convocada por los partidos neonazis, en su mayoría los manifestantes pertenecían a esos grupos.
La elección de Seibt no fue ocasional. Su madre, Karoline Seibt, es una abogada que trabaja para Alternative für Deutschland (AfD), el partido nacionalista de extrema derecha de Alemania, con fuertes vínculos con neonazis, que tiene relación con Milo Yiannopoulos, el ex columnista de extrema derecha de Breitbart.
Recordemos que Breitbart News se alineó con la alt-right bajo la dirección de su ex presidente ejecutivo Steve Bannon, el estratega que llevó a Trump a la presidencia de EEUU y delineó los primeros meses de su mandato.
En 2016, Bannon y Yiannopoulos habían planteado la necesidad de construir una “plataforma para el derecha alternativa”, para promover la supremacía blanca.
Bannon ha prometido rehacer Europa. Creó una organización, llamada «El movimiento», con sede en Bruselas, que apunta a unir a todos los grupos de derecha. De allí, el contacto de Yiannopoulos con la madre de Naomi Seibt.
Bannon entiende que ésta es una «guerra» entre la “gente real, blanca, cristiana y patriota” (en las palabras de su seguidor británico, Nigel Farage) y las élites globalistas cosmopolitas.
Esa “guerra” tiene dos niveles: el de las élites a las que pertenecen los Bannon, las dirigencias políticas de ultraderecha europea y también la familia Seibt; y el de la tropa de jóvenes de extrema derecha que se prepara para la autoproclamada “lucha por la calle”.
Existe una amplia y oscura red de eventos de artes marciales por toda Europa –clandestinos en unos casos y en otros presentados cursos de capacitación o reuniones deportivas como ‘Tiwaz’, la ‘Batalla de los Nibelungos’ o ‘Juventud en la tormenta’– dirigida al entrenamiento para el combate y la violencia callejera.
En la manifestación de 2018, Seibt marchaba junto a algunos de estos grupos y a miembros del Movimiento Identitario y la Fraternidad Franconia, una fraternidad local de extrema derecha.
Cuando los “momios” del Heartland habían logrado subir a la joven alemana al estrado de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Washington –la reunión de “momios” más grande e influyente del mundo– para hablar junto a Donald Trump, Mike Pence, Steve Bannon y Nigel Farage, la Anti-Greta se vio obligada a negar haber asistido a manifestaciones neonazis.
Lo hizo el pasado 28 de febrero de 2020, frente a cámara, ante una pregunta de la periodista Jamie Corey de Documented, ignorando que existía la foto que encabeza esta nota.
En una entrevista en YouTube donde hablaba de su adhesión a “puntos de vista que están fuera de la corriente principal”, Seibt se refirió al activista de extrema derecha canadiense Stefan Molyneux, a quien definió como una “inspiración”. Molyneux es una figura de culto de los defensores del racismo científico y la supremacía blanca. Cuando le preguntaron a Seibt por Molyneux no dudó en reconocer: “Soy fanática de Molyneux, absolutamente”.
El concepto de nacionalismo de Seibt tiene su fundamento en el concepto de “etnopluralismo”, que es el eje de Movimiento Identitario, un grupo de extrema derecha ramificado por toda Europa. Se basa en el pensamiento del académico francés Renaud Camus, conocido por su teoría conspirativa “El gran reemplazo”, donde sostiene que hay una élite global que está operando contra la población blanca de Europa, para reemplazarla con pueblos no europeos.
Por eso no sorprende que a la joven estrella del negacionismo climático se le escapara una ‘boutade’ sensacional: “No me importa si eres judío, musulmán o 100% alemán”. Es decir que un judío o musulmán, jamás serán 100% alemanes…Les recuerda algo sobre una raza pura y superior?
Terroristas de extrema derecha, movimientos anti-inmigración, grupos antisemitas, y políticos y simpatizantes de la AfD y otros movimientos de ultraderecha en Alemania, confluyen en ese pensamiento, del que abreva también el ‘Movimiento’ de Bannon.
Los servicios secretos internos de Alemania, encargados de la Oficina para la Protección de la Constitución del país (BfV), han resuelto poner bajo vigilancia de forma oficial a Der Flügel, la agrupación más radical del ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que ha pasado de los márgenes a ser una fuerza central de ese partido.
Los servicios secretos afirman que el discurso de Der Flügel va contra los valores constitucionales: “Las posiciones de Der Flügel no son compatibles con la Ley fundamental”, en tanto el uso de un discurso etnicista, islamófobo y antisemita es contrario a los valores constitucionales de Alemania.
La decisión se fundamenta en la creciente relevancia de los líderes más extremistas de esa organización y el tejido que están construyendo con otros grupos neo-nazis. Hay que recordar que el AfD es hoy el primer partido de la oposición en el Parlamento alemán.
Björn Höcke, líder de Der Flügel, es un político carismático, xenófobo e islamófobo, que bordea en sus discursos el negacionismo del Holocausto (a fin de evitar la cárcel), y llama a una insurrección contra la “multiculturalidad”, que para él equivale a “multicriminalidad”.
De ese mundo “100% alemán”, pleno de xenofobia y supremacismo blanco, se alimenta Naomi Seibt, a quien James Taylor, director de Instituto Heartland, considera: “Una voz fantástica para los mercados libres y para el realismo climático”.
Thomas Haldenwang, presidente de la BfV, la agencia de inteligencia alemana, explica la preocupación de su país: “Hoy sabemos que las democracias pueden fracasar cuando sus enemigos las destruyen desde dentro”.
Más Azul ha develado en una serie de artículos (Ver “Oyendo a los necios I, II y III, nov19, dic 19 y enero 20) como Heartland está promoviendo una contra-narrativa frente a la presión ambientalista. Kert Davies, fundador del Centro de Investigaciones Climáticas, que investiga a los grupos negacionistas del clima, comparte ese diagnóstico: “Están tratando de montar la ola de Greta, pero no hay forma de que esta persona se gane corazones y mentes como Greta… Están tratando de mitigar el impacto de Greta”.
Si Heartland quiso encontrar una nueva voz joven para renovar sus retrógradas concepciones, erró en la fuente: el nacionalsocialismo y sus derivaciones pertenecen al más horrendo pasado.
Los jóvenes de hoy, en los más diversos rincones del Planeta, buscan construir un mundo mejor y más justo, tan lejos de la violencia como cerca de la naturaleza.