Entregó en secreto u$s 8.000 millones en obras humanitarias

1 oct 2020

Qué haríamos si nuestros negocios nos hubieran reportado u$s 8.000 millones y fuéramos unos magnates? Charles Feeney, un multimillonario de origen irlandés, es un extraordinario ejemplo de qué deberíamos hacer.

Su historia de vida es extraordinaria y por eso la elegimos para celebrar nuestro número aniversario.

Pero antes repasemos el contexto: ocho multimillonarios poseen más dinero que la mitad de la población mundial (Jeff Bezos; Bill Gates; Mark Zuckerberg; Bernard Arnault y flia.; Warren Buffett; Larry Ellison; Amancio Ortega; Jim Walton).

Hacen donaciones? Sí. En muchos casos por cifras muy importantes. Algunos multimillonarios han donado en vida mucho más dinero que Feeney: George Soros transfirió u$s 18.000 millones a su fundación Open Society, desde la que opera, y Bill Gates transfirió u$s 32.910 millones a su Fundación Bill y Melinda Gates.

Algunos lo hacen por motivos más o menos altruistas. Otros por ‘lavar su imagen’ ante la desproporción de sus fortunas que superan lo que poseen unos 3.800 millones de seres humanos. Y todos por las ventajas impositivas que acarrea hacer filantropía. Pero lo hacen sin deteriorar en nada su fortuna personal. ¿Generosidad o ahorro de impuestos?

De hecho, es curioso observar que sus donaciones jamás afectan el volumen de sus billeteras. Pongamos un ejemplo. A Bill Gates, el multimillonario de Microsoft, segundo hombre más rico del mundo con u$s 98.000 millones, no se le ocurre ninguna otra forma de distribución más que su buena disposición a hacer donaciones, que sin embargo, no afectan año a año, el volumen total de su riqueza. En 2019, su fortuna era de u$s 94.700 millones.

Si bien otros multimillonarios han donado en vida más dinero que él, ninguno como Feeney –por lejos el mayor filántropo– ha entregado toda su fortuna en vida, en obras humanitarias.

LA HISTORIA DE FEENEY

Empecemos por el final. El 14 de septiembre de 2020, Feeney firmó los documentos para cerrar oficialmente en una ceremonia en línea, su Fundación The Atlantic Philanthropies, una de las organizaciones filantrópicas más grandes del mundo, que creó anónimamente en 1982 para canalizar sus donaciones.

¿El motivo? Acababa de terminar de distribuir toda su fortuna acumulada a lo largo de sus 89 años de vida. Donó 8.000 millones de dólares. Lo hizo en secreto durante muchos años, hasta que una disputa comercial obligó a que se revelara su identidad.

Con su fortuna contribuyó a que enfermos de VIH/sida tuvieran acceso a tratamiento antirretroviral en Sudáfrica, ayudó a reformar el sistema de salud pública en Vietnam, o impulsó la paz en Irlanda del Norte, donde Feeney se reunió con las partes en conflicto para que abandonasen las armas.

Sus donaciones las distribuyó donde más se necesitaban. Puso el acento en programas de salud (niñez y juventud, población, envejecimiento), en programas de paz  y derechos humanos y un enorme aporte en investigación científica en varias universidades. Hasta agotar este año toda su fortuna: u$s 8.000 millones en el momento de la disolución de Atlantic Philanthropies.

Vive como eres

Charles Francis ‘Chuck’ Feeney hizo su fortuna como cofundador junto con Robert Miller en 1960, del Duty Free Shoppers Group, empresa pionera en el concepto de compras libres de impuestos, famosa por sus ventas de perfumes licores y cigarros en aeropuertos.

Ahora todo lo que le queda es un “par de millones” para cubrir los costos de vida y atención médica que él y su esposa, Helga, puedan tener hasta su muerte.

Pero Feeney es conocido por su frugalidad: vive en un apartamento alquilado en San Francisco, sin ningún lujo. No tiene automóvil ni propiedades, vuela en clase económica y hasta hace una década viajaba en autobús. Uno de sus ‘lujos’ durante sus estancias en Nueva York era ir a comer hamburguesas en el Pabellón Irlandés de Tommy Makem en la calle 57 Este.

Proviene de un hogar humilde de origen irlandés. Nació en Elizabeth, Nueva Jersey, con una madre enfermera de hospital y un padre asegurador. A los 10 años vendía tarjetas de Navidad puerta a puerta. Siendo muy joven se alistó en la Fuerza Aérea de EEUU y participó en la guerra de Corea.

A su regreso, por el hecho de ser veterano de guerra, aprovechó un programa gubernamental para estudiar en la universidad. Fue el primer miembro de su familia en recibir educación superior y se graduó en la prestigiosa Cornell University, a la que durante toda su vida ayudó a sostener.

Charles Feeney con su mujer Helga en la Universidad Cornell de Nueva York, de la que egresó.

Allí dirigió en 1982, su primera donación de u$s 7 millones y por el mismo monto, la última destinada a apoyar a estudiantes que realizan tareas comunitarias.

A diferencia de otros magnates, que optan por donar buena parte de su riqueza al morir, o que si donan en vida lo hacen publicitando cada acto, en busca de reconocimiento, Feeney prefirió siempre el anonimato. Solo en 1997, cuando una venta de acciones de DFS reveló que ya no le pertenecían a él, lo obligó a hacer público su plan filantrópico.

Desde entonces, empezó a proponer públicamente a otros multimillonarios la idea de desprenderse en vida de la fortuna cosechada. Sigue esperando tener éxito…

Pese a que Feeney sabe que ha hecho algo ejemplar y diferente, mantiene una modestia que sorprende: “No lo hice para probar nada, excepto que el mundo es, por suerte, un lugar un poco mejor ahora porque he tomado mi dinero y lo he repartido a mucha gente. Es todo lo que puedo decir sobre eso”.

Pero no hubo ningún acontecimiento especial que lo impulsara a deshacerse de su fortuna. Solo su generosidad: “Consideré las alternativas que tenía en mi vida y pensé que lo mejor que puedes hacer es tender la mano, buscar ayudar a las personas menos afortunadas”.

Cuando vio que su fortuna comenzaba a multiplicarse, concluyó que él, su mujer y sus hijos tenían más de lo que precisaban. “Tuve una idea que nunca cambió en mi mente: que deberías usar tu riqueza para ayudar a la gente”. Explica que no extraña nada de sus tiempos de multimillonario “porque nunca me he apegado a la riqueza material”.

Y cuando se le pregunta qué cosas le hacen feliz es tan modesto y convincente como ha sido su vida: “Vivir básicamente como lo hago. Y saber que a través del trabajo de la fundación hicimos mucho bien a personas que nunca lo esperaban… Esa ha sido la recompensa”.

SUS DONACIONES MÁS IMPORTANTES

Feeney, de origen irlandés ha tenido a las dos Irlandas siempre presente en sus preocupaciones. Invirtió más de 1.000 millones de dólares en educación superior en la República de Irlanda, financiando instalaciones de investigación en la Universidad de Limerick y la Universidad de la Ciudad de Dublín, así como una biblioteca e instalaciones deportivas en el Trinity College de Dublín.

Sus donaciones con ese destino fueron constantes. Proyectos de derechos humanos y programas para niños y ancianos (u$s 100 millones-2009). Durante casi una década financió la defensa de los derechos de los homosexuales y para asesoramiento del Gay and Lesbian Equality Network y brindó apoyo al referéndum sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo (u$s 11,5 millones-2015).

Para reforzar el sistema universitario irlandés donó u$s226 millones (2014-17). Y tuvo una activa participación en la búsqueda de la paz en el conflicto entre ambas Irlandas apoyando además a la Comisión de Derechos Humanos en el conflicto.

Feeney también hizo importantes contribuciones personales al Sinn Féin, el partido nacionalista irlandés que fue durante años el brazo político del IRA, que luchaba por la unificación de Irlanda.

También otorgó en 2014, una serie de importantes subvenciones para promover la paz y los derechos humanos en Irlanda del Norte y otra para ayudar a financiar una estrategia nacional contra la demencia en Irlanda.

Su preocupación por ese tema lo llevó a otorgar u$s 177 millones al Trinity College de Dublin y a la Universidad de California-San Francisco, para crear el Global Brain Health Institute, una organización  pionera dedicada a detener el vertiginoso aumento de esa enfermedad.

En EEUU financió el desarrollo de un centro médico en la Universidad de California en San Francisco (u$s 125 millones -2009-10). Donó a Health Care for America Now (HCAN) para apoyar la aprobación de la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud a Bajo Precio (u$s 27 millones-2008-10).

Su interés por apoyar a la Universidad Cornell fue permanente. Contribuyó con u$s 350 millones para  construir Cornell Tech, un nuevo campus de posgrado en lo que constituyo la donación más grande en la historia de la universidad (2011).

Cornell Tech, una de las grandes donaciones de Fenney a esa Universidad.

También financió la ampliación del Centro de Presupuesto. y Policy Priorities, una institución política progresista integrada por un grupo de expertos liberales en Washington, DC.

Sus contribuciones también llegaron a Vietnam donde entre 1997 a 2013, donó u$s 381,5 millones a causas de salud y educación (modernización de los sistemas de salud pública y educación primaria del país, promoción de campañas de salud pública y fortalecimiento de bibliotecas y universidades.

En Australia aportó más de u$s 250 millones para la construcción y ampliación de 20 centros de investigación científica.

En Gran Bretaña hizo importantes contribuciones a la London School of Economics, en apoyo del International Inequalities Institute (2016) y al Rhodes Trust, para financiar el Atlantic Institute destinado a lograr sociedades más justas, saludables e inclusivas.

Atlantic Institute es una ong con sede en Atlanta, Georgia, cuyo objetivo es facilitar el diálogo y unir culturas en todo el mundo, que ofrece diversas plataformas académicas y educativas para promover la diversidad en la sociedad, inspirada en las ideas y el activismo de Mahatma Gandhi, Fethullah Gulen, Martin Luther King, Jr., Nelson Mandela, Mevlana Rumi y la Madre Teresa.

La “perspectiva de una nueva era” con la liberación de Mandela, atrajo en 1991 a la Fundación de Fenney a Sudáfrica, viendo la oportunidad de estar “involucrado en un período potencialmente cambiante en una sociedad que emerge de la represión del apartheid”.

A lo largo de los años que trabajó en Sudáfrica, la fundación realizó inversiones para ayudar a los aspirantes a jóvenes abogados sudafricanos negros a obtener títulos en derecho y pasantías en la nueva Corte Constitucional multirracial; impulsar los servicios de enfermería y salud y fortalecer la investigación en universidades históricamente desfavorecidas.

Feeney donó a la UWC el Edificio de Ciencias de la Vida, un laboratorio de vanguardia en investigación científica.

Feeney donó a la University of the Western Cape (UWC) –universidad que alguna vez fue ‘solo para color’– el Edificio de Ciencias de la Vida, catapultándola como líder continental en investigación científica social y ambiental en África.

Las ayudas totalizaron u$s 422 millones en fondos para construir y fortalecer organizaciones democráticas destinadas a promover la equidad, la igualdad de oportunidades y la democracia, con acento en: 1. apoyar a líderes comprometidos con el desmantelamiento del racismo contra los negros en Sudáfrica y 2. ayudar a cerrar la brecha entre ricos y pobres y construir una vida más saludable Sudáfrica para todos en ese país, en especial para los más pequeños.

El dinero de Fenney logró un 44% de aumento en el número de enfermeras; que 2 millones de sudafricanos tuvieran acceso a antirretrovirales contra el VIH y un enorme mejoramiento de las escuelas primarias.

Su acción también llegó a Cuba donde apoyó su sistema de salud y el restablecimiento de las relaciones con EEUU y a Bermuda contribuyendo con programas de apoyo a la equidad racial y a la igualdad de las mujeres.

La propuesta final

El mes de agosto pasado generó una de las semanas más lucrativas de la historia para algunas de las personas más ricas del mundo. En sólo una semana, 500 multimillonarios aumentaron su riqueza en 209.000 millones de dólares. Y en el año de la pandemia han hecho crecer su fortuna en 871.000 millones de dólares.

La incorporación de Elon Musk (100.000 millones) expandió el demencial club de centibillonarios a cuatro miembros: J. Bezos (200.000 millones), B. Gates (140.000 millones), M. Zuckerberg (100.000 millones). Los cuatro juntos, suman 540.000 millones de dólares.

Si tuviéramos que resumir las acciones de Fenney, deberíamos apelar a lo que fue sus consignas: “Grandes apuestas para un mundo mejor” y La necesidad es ahora. ¿Por qué esperar?”

Fenney explica: “Aprendimos mucho. Haríamos algunas cosas de manera diferente, pero estoy muy satisfecho. Me siento muy bien por haber completado esto en mi vida”.

Y para los que integran el monstruoso e injusto ranking de mega-multimillonarios, dispara su propuesta final: “Pruébenlo…háganlo. Les va a gustar”.