¿Qué pasaría si tuvieras 16 años, miraras a tu alrededor y el mundo que ves no te gusta? Nos ha pasado a muchos en todo el Planeta, pero muy, muy pocos hicieron lo que decidió hacer en aquel momento Jadav Payeng. Creyó que era posible ‘cambiar el mundo’.
¿Cuál era el mundo que contemplaba aquel día el adolescente Jadav? Estaba de pie frente a un inmenso lodazal en Majuli, una de las islas fluviales más grandes del mundo, en India. Cada año, durante el monzón, el río Bramhaputra inunda todo, destruyendo casas y granjas y erosionando cientos de kilómetros cuadrados de tierra. Es el hogar de unas 150.000 personas.
Era 1979 y Jadav Payeng, que tenía 16 años. Encontró cientos y cientos de reptiles muertos en las barrosas orillas de la isla, a causa del excesivo calor tras las inundaciones, que allí son frecuentes.
Para el chico la experiencia resultó muy impactante. Avisó a las autoridades y le dijeron que la isla –constantemente amenazada a causa de la erosión del suelo en sus orillas– podía desaparecer. En los últimos 70 años, la isla se ha reducido a la mitad y estaba destinada a quedar bajo el agua en los siguientes 20 años, a causa de los grandes diques del río Brahmaputra, que el gobierno de India construyó para proteger los pueblos durante los monzones. Desde 1995, 35 pueblos ya fueron arrasados por las riadas.
Pero la devastación del agua pasó desde entonces a soportarla la isla de Payeng. Había que combatir el desgaste que provocaban las inundaciones. Durante la época de mozones, el río destruye viviendas y erosiona cientos de kilómetros de tierra.
Desolado, ante el espectáculo de los reptiles resecos por el sol, el joven Payeng se sentó y lloró. Días después alertó a las autoridades del departamento forestal. Les preguntó si se podían plantar árboles para aplacar el calor. Le dijeron que en esa zona nada volvería a crecer. Que intentara plantar algún bambú: “Fue doloroso, nadie estaba interesado y nadie había para ayudarme”.
Aquel adolescente soñó entonces con salvar su “mundo” y defenderlo de la erosión plantando árboles. Cuántos? Al menos uno cada día. A veces muchos más… Así durante 40 años.
Primero fue un pequeño bosque de bambú que inició con apenas 20 plántulas de bambú en 1979. Luego plantó en ese arenal imposible, árboles más grandes y logró que sobrevivieran. Recogía semillas y plantaba nuevos árboles, además de acarrear con ellos miles de hormigas rojas de su pueblo, así como lombrices y termitas, con las que podía cambiar las propiedades del suelo.