Se triplican los incendios en Rusia por las altas temperaturas

7 AGO 2020

Estaba escrito. Lo advertimos incluso hace un par de semanas en Más Azul (Ver “Colapsa el Ártico” y “Noruega traiciona al Planeta”, n° 11, 1 julio 2020), donde señalábamos las altas temperaturas registradas en el Ártico, el peligro de incendios, los riesgos que ello implica para los sumideros de metano bajo el permafrost y la irresponsabilidad de avanzar con explotaciones petroleras en el Ártico.

A comienzos del verano ruso, varios medios del país advertían: “Se prevé un peligro de incendio récord en los territorios de Krasnoyarsk y Trans-Baikal, la región de Irkutsk y Buriatia en julio. El número de incendios puede superar el promedio de muchos años”.

El pronóstico de peligro de incendio generalizado en los bosques de las regiones de Rusia para julio había sido desarrollado por FBU Avialesokhrana, que anticipaba una mayor probabilidad de “exceder los valores promedio de riesgo de incendio” para la parte oriental del territorio de Krasnoyarsk, las partes norte y noroeste de la región de Irkutsk, la parte noroeste de la República de Buriatia, la parte oriental del territorio Trans-Baikal, la parte sudoeste de la región de Novosibirsk y el territorio occidental de la parte alta de la región occidental de Novosibirsk Altai.

Numerosos incendios en curso en Siberia: Global Forest Fire Watch.

El pronóstico se basaba en los datos que surgían de la situación hidro-meteorológica de junio. Si bien son comunes los incendios forestales en Siberia, durante los meses de verano, las temperaturas récord y los vientos fuertes parecían preparar un ambiente especialmente peligroso para el desarrollo de incendios incontrolados.

Es lo que ha sucedido. Las temperaturas récord en la región ártica rusa y Siberia –mucho más altas de lo normal– han desatado cientos de incendios forestales. Las áreas de tierra en llamas se extienden a casi 1,2 millones de hectáreas.

La agencia rusa Avialesookhrana, responsable del manejo aéreo de incendios forestales, alertó que la extensión de los incendios forestales es mayor de lo habitual y la nube de humo es excepcionalmente grande y se dirige hacia Estados Unidos y Canadá.

PELIGRO GLOBAL

Siberia concentra 273 millones de hectáreas de los bosques de Rusia, algo más de un 30% del total. Sus  ecosistemas de la Taiga rusa juegan un papel clave en el sistema climático global, ya que absorben el carbono de la atmósfera y lo eliminan del ciclo biogeoquímico durante mucho tiempo. 

Pero en los últimos años, esos bosques han estado sometidos a incendios devastadores. En 2019, se arrasaron más de 13 millones de hectáreas y ya desde abril de 2020, los incendios en Siberia se han ido multiplicando, de la mano de temperaturas anormalmente cálidas.

El Ártico se está calentando dos veces más rápido que el planeta y es la causa de los incendios.

Entre enero y junio, la temperatura en Siberia ha sido cinco grados centígrados superior a la media, y en junio se registraron 10 grados más de lo normal en algunas zonas. Ese calor inusual a lo largo de meses no sólo está provocando innumerables incendios sino poniendo en riesgo un mayor deshielo del permafrost, la capa de tierra permanentemente congelada, que retiene billones de toneladas métricas de metano bajo control, acumuladas durante cientos de miles de años,

Los incendios forestales siberianos rompieron en junio dos récords: 1. las emisiones de CO2 superaron las del mismo período de 2019. Unos 59 megatones de dióxido de carbono ingresaron a la atmósfera, lo que equivale a las emisiones anuales de un país como Portugal; y 2. se registró el incendio más septentrional en la tundra a unos 50 kms. al sur del océano Ártico. 

Ambos fenómenos implican un peligro global, tal como advierte Naciones Unidas. El secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el finlandés Petteri Taalas, advirtió: “El Ártico se está calentando dos veces más rápido que el planeta en promedio, lo que afecta la vida de las personas, los ecosistemas y tiene consecuencias globales”.

Para la OMM en julio, las emisiones de estos eventos naturales alcanzaron las 75 megatoneladas de dióxido de carbono. Clare Nullis, portavoz de la OMM destacó lo excepcional de lo que está ocurriendo en Siberia: “Ha hecho más calor que en muchas partes de Florida y California” y señaló que se está observando una rápida reducción de la capa de hielo a lo largo de la costa ártica de Rusia.

EL ARTICO ASEDIADO

Pero no son solo los incendios los que amenazan al Ártico. El calentamiento global, la contaminación y el tráfico marítimo cada vez intenso están teniendo graves consecuencias en su fauna, como lo reflejamos en este mismo número de Más Azul (Ver “Osos polares: ente el deshielo y la cacería salvaje”).

Los polos están gravemente amenazados pese a ser decisivos para la continuidad de la vida en la Tierra. Si no logramos frenar el aumento de las temperaturas, el deshielo afectará a la vida de todo el planeta generando fenómenos atmosféricos extremos y aumentos  en el nivel del mar.

El derretimiento de los casquetes polares tanto en el Ártico como en la Antártida, desestabilizarán el clima de manera brusca en algunas regiones en las próximas décadas. Es lo que alertaba un estudio sobre Consecuencias ambientales globales del derretimiento de la capa de hielo del siglo XXI”, de Nicholas R. Golledge y Elizabeth D. Keller, del Centro de Investigación Antártica de la Universidad Victoria de Wellington, en Nueva Zelanda y de Natalya Gómez, del Departamento de Ciencias de la Tierra y Planetarias Universidad McGill, de Canadá, entre otros (Nature, n° 7742, 2019). 

Según el estudio, miles de millones de toneladas de agua procedentes del deshielo, en particular de Groenlandia, podrían debilitar las corrientes oceánicas que actualmente transportan el agua fría hacia el sur, alterando la circulación de retorno del Atlántico Meridional (AMOC), una especie de cinta transportadora que lleva el agua superficial hacia el norte desde el Atlántico sur.

Este mecanismo oceánico es parte central de la circulación global termohalina, que distribuye el calor de las aguas del planeta. Desempeña un papel crucial en el sistema climático y ayuda a mantener un cierto calor en el hemisferio norte. Si se debilita, un menor volumen de aguas cálidas viajaría hacia el norte, lo que implica mucho más frío en los países del hemisferio norte.

NECEDAD E IMBECILIDAD

Pero en cambio de ayudar a proteger los polos, cambiando nuestro modo de producir energía y abandonando el consumo de combustibles fósiles, hay una serie de dirigentes políticos y empresariales, que sorprenden por su necedad (ignorancia del que insiste en sus errores-RAE) e imbecilidad (poca inteligencia-RAE) y siguen apostando a un modelo irracional y suicida.

Es el caso de Mike Pompeo, el actual Secretario de Estado de EEUU. Pese a la contundencia de los informes de Naciones Unidas sobre la acelerada pérdida de biodiversidad, en los que, científicos de todo el mundo, señalan que los humanos hemos destruido muchos de los hábitats de los que depende el resto de la naturaleza y provocado un catastrófico aumento de la temperatura de la tierra. Y que, como consecuencia “alrededor de 1 millón de especies ya se enfrentan a la extinción, muchas apenas en décadas, a menos que se tomen medidas”, hay quienes prefieren no oír. 

El calentamiento en el Ártico y en Rusia va el doble de rápido que en el resto del mundo. Mientras se queman allí millones de hectáreas año a año y las temperaturas alcanzan topes de 38°C en el punto más frío de la Tierra (fuera de la Antártida), Mike Pompeo no dudó en celebrar, en las reuniones del Consejo Ártico en Rovaniemi (Finlandia), que los hielos marinos de la región se estén derritiendo…

Para él eso ofrece nuevas posibilidades para el comercio y la explotación de sus recursos naturales: “El Ártico está a la vanguardia de la oportunidad y la abundancia. Alberga el 13% del petróleo aún por descubrir del mundo, el 30% del gas aún por descubrir, y abundante uranio, minerales de tierras raras, oro, diamantes, y millones de kilómetros cuadrados de recursos no explotados. […] La disminución constante de los hielos marinos abre nuevos pasajes y nuevas oportunidades de comercio”.

‘Business are business’… Aunque ello abra las puertas del Infierno. Dante relata en su Divina Comedia que en esas puertas estaba escrito: “Es por aquí que se va a la ciudad del llanto, es por mí que se va al dolor eterno y al lugar donde sufre la raza condenada”. 

Pero no debería sorprender de Mike Pompeo. Como congresista, representaba a Wichita-Kansas, el hogar de Koch Industries, el mayor contaminador del Planeta. Para su elección en 2010, recibió de esa corporación más aportes que cualquier otro candidato, además de otras contribuciones de los Comités de Acción Política (PAC) dominados por los Koch. Los PAC son organizaciones privadas creadas para ayudar o interferir en las elecciones y hacer lobby para la adopción de ciertas leyes.

Su agradecimiento se mostró muy pronto: en sus primeras semanas propuso reducir el registro de contaminadores de gases de efecto invernadero, algo prioritario para Koch.

“La disminución constante de los hielos marinos abre nuevos pasajes y nuevas oportunidades de comercio” M.Pompeo.

Mientras los que no aceptamos la necedad ni la imbecilidad, vemos un Ártico que se derrite, donde 20.000 toneladas de petróleo se han derramado en junio pasado, donde su fauna bordea la extinción, Pompeo ve oro, diamantes, uranio, petróleo, oportunidades de negocios!!! (sic) y que “los pasos marinos del Ártico podrían convertirse en los canales de Suez y Panamá del siglo XXI”.

Lo único que lamenta Pompeo es que “EEUU ha llegado tarde a la fiesta del Ártico… Llegamos un poco tarde, pero está bien. He llegado tarde a fiestas antes y de todos modos lo pasé bien. Tendremos éxito”. Para clarificar  el concepto de “fiesta” de su Administración, el presidente Trump ordenó el mes pasado, el desarrollo de una flota militar de seguridad polar tanto para el Ártico como para la Antártida.

EN TANTO, SIBERIA SE QUEMA

Mientras tanto, Siberia se quema y el Ártico acelera su deterioro. Tras el derramamiento de petróleo en la central térmica de NTEK, cerca de la ciudad de Norilsk, una ola de incendios arrasa con los bosques rusos. El propio Servicio Aéreo de Protección de los Bosques del país reconoce que muchos de los incendios están en territorios muy remotos, a los que es difícil acceder.

Las altas temperaturas en Siberia han desencadenado “incendios árticos devastadores”, señaló Nullis. Pero lo que más preocupa a la OMM es la rápida reducción de la capa de hielo a lo largo de la costa ártica.

A mediados de julio, Anastasia Vinokurova, subdirectora de Rosleskhoz, aseguró que el cambio climático está en el origen de los incendios forestales en los territorios del norte y el Ártico ruso: “Por primera vez este año, hemos registrado un incendio forestal en Yakutia, un territorio ubicado más allá del Círculo Polar Ártico. Ahora hay un movimiento obvio del centro del peligro de incendio hacia el norte polar”.

La situación es dramática. Las imágenes satelitales de la OMM muestran que la frontera norte de los incendios está ahora a menos de 8 kms. del Ártico. El actor y activista por el clima Leonardo DiCaprio denunció en un video la tragedia siberiana: “El Círculo Polar Ártico sufre una cantidad sin precedentes de incendios forestales en la última señal de una crisis climática”.

La OMM advierte sobre la grave situación que vive el Ártico y alerta acerca de las consecuencias  climáticas que se soportaran en otras latitudes alejadas del Círculo Polar.

La posibilidad de un creciente deshielo del permafrost implicaría agregar una enorme dificultad en la lucha global contra el cambio climático, ya que supondría la liberación a la atmósfera de dióxido de carbono y metano, lo que afectaría a todo el planeta.

El humo de los incendios llega a Mongolia y también a Canadá y Estados Unidos. Pero Mike Pompeo solo ve oro, diamantes y petróleo.