14 ene 2021

El pasado 25 de enero, la joven sueca transmitió un poderoso mensaje sobre la urgencia que plantea el cambio climático y la imposibilidad de postergar soluciones. Aquí su mensaje completo:

“Mi nombre es Greta Thunberg y no estoy aquí para hacer tratos. Verá, no pertenezco a ningún interés financiero ni a ningún partido político. Entonces no puedo regatear ni negociar. Solo estoy aquí para recordarles una vez más la emergencia en la que estamos. La crisis que ustedes y sus predecesores nos han creado e infligido. La crisis que sigues ignorando.

Estoy aquí para recordarles las promesas que les ha hecho a sus hijos y nietos. Y decirles que no estamos dispuestos a comprometer los niveles mínimos de seguridad que aún quedan.

Lamentablemente, la crisis climática y ecológica ya no puede resolverse dentro de los sistemas actuales. Según la mejor ciencia disponible actualmente, eso ya no es una opinión; es un hecho.

Debemos tener esto en cuenta ahora que los países, las empresas y los inversores se apresuran a presentar sus nuevos objetivos y compromisos climáticos denominados “ambiciosos”. Cuanto más evitemos esta verdad incómoda y cuanto más pretendamos que podemos resolver la emergencia climática y ecológica sin tratarla como una crisis, más tiempo valioso perderemos. Y este es el tiempo que no tenemos.

Hoy, escuchamos a líderes y naciones de todo el mundo hablar de una “emergencia climática existencial”. Pero en lugar de tomar la acción inmediata que tomaría en cualquier emergencia, establecieron objetivos vagos, insuficientes e hipotéticos hacia el futuro, como “net-zero 2050”. Objetivos basados en lagunas y números incompletos. Objetivos que igual se rinden. Es como despertarse en medio de la noche, ver su casa en llamas y luego decidir esperar 10, 20 o 30 años antes de llamar al departamento de bomberos y etiquetar a los que intentan despertar a la gente como alarmistas.

Entendemos que el mundo es muy complejo y que el cambio no ocurre de la noche a la mañana. Pero ahora has tenido más de tres décadas de bla bla bla. Cuantos más necesitas? Porque a la hora de afrontar la emergencia climática y ecológica, el mundo todavía se encuentra en un estado de total negación. Se niega sistemáticamente la justicia para las personas más afectadas en las zonas más afectadas.

Aunque damos la bienvenida a cada iniciativa climática, las propuestas que se presentan y debaten hoy están muy lejos de ser suficientes. Y el tiempo de “pequeños pasos en la dirección correcta” ya pasó. Si queremos tener al menos una pequeña posibilidad de evitar las peores consecuencias de la crisis climática y ecológica, esto debe cambiar.

Porque todavía dices una cosa y luego haces todo lo contrario. Usted habla de salvar la naturaleza, mientras bloquea políticas de mayor destrucción en las próximas décadas.

Promete no defraudar a las generaciones futuras, mientras crea nuevas lagunas jurídicas, no conecta los puntos, construye sus supuestos “compromisos” sobre las tácticas de trampa que nos metieron en este lío en primer lugar. Si los compromisos de reducir todas nuestras emisiones en un 70, 68 o incluso 55 por ciento para 2030 realmente significaran que apuntan a reducirlas en esas cifras, entonces sería un gran comienzo. Pero lamentablemente ese no es el caso.

Y dado que el nivel de conciencia pública sigue siendo tan bajo, nuestros líderes aún pueden salirse con la suya casi con cualquier cosa. Nadie rinde cuentas. Es como un juego. Quien sea mejor en empaquetar y vender su mensaje, gana.

Tal como está ahora, podemos tener tantas cumbres y reuniones como queramos, pero a menos que tratemos la crisis climática y ecológica como una crisis, no se lograrán cambios suficientes. Lo que necesitamos, para empezar, es implementar presupuestos anuales vinculantes de carbono basados en la mejor ciencia disponible actualmente.

“Ahora más que nunca estamos desesperados por tener esperanza” - Greta Thunberg.

Ahora más que nunca estamos desesperados por tener esperanza. Pero, ¿qué es la esperanza? Para mí la esperanza no es más garantías vacías de que todo estará bien, de que las cosas se están arreglando y no tenemos que preocuparnos.

Para mí, la esperanza es el sentimiento que te mantiene en movimiento, aunque todas las probabilidades estén en tu contra. Para mí, la esperanza proviene de la acción, no solo de las palabras. Para mí, la esperanza es contar las cosas como son. No importa lo difícil o incómodo que pueda resultar.

Y de nuevo, no estoy aquí para decirte qué hacer. Después de todo, salvaguardar las condiciones de vida futuras y preservar la vida en la tierra como la conocemos es voluntario.La decision es tuya.

Pero les puedo asegurar esto.  No se puede negociar con la física. Y sus hijos y nietos lo harán responsable de las decisiones que tome. ¿Qué tal un trato?”

Este artículo es parte de la Agenda de Davos. Ha sido escrito por Greta Thunberg

y publicado bajo licencia del Foro Económico Mundial

(Licencia Pública Internacional  Reconocimiento-No Comercial-Sin Derivados 4.0

de Creative Commons, y de acuerdo a sus términos de uso.

Nota urgente de Más Azul:

En la misma semana de su reclamo en Davos, la activista sueca había denunciado  la adjudicación por parte del Gobierno de Noruega de 61 nuevas licencias para la exploración de petróleo y gas (19 de ellas para la compañía sueca Lundin y otras para corporaciones como Shell y Total), dando nuevo impulso a la energía fósil.

Desde Más Azul habíamos denunciado (Ver “Noruega traiciona al Planeta”, n° 11 agosto 2020) los planes del conservador gobierno noruego para una gran expansión de la exploración petrolera nada menos que en el Ártico, con el objetivo de encontrar nuevos yacimientos para mantener la actividad a largo plazo. Es lo que acaba de concretarse y que denunció Greta esta misma semana final de enero.

Tal como ella expuso en Davos,  la hipocresía y el contrasentido dominan las  declamaciones sobre “salvar a la naturaleza” mientras se continúan desarrollando acciones y pactando políticas que solo anticipan más destrucción en el futuro inmediato.