También citó el caso de Darfur (Sudán) donde la escasez de lluvias y las sequías frecuentes han empeorado la falta de alimentos y generado tensiones y conflictos armados por el acceso a los recursos naturales: “Los impactos de esta crisis son mayores donde la fragilidad y los conflictos han debilitado los mecanismos de supervivencia; donde la gente depende del capital natural como los bosques y las pesquerías para su sustento; y donde las mujeres, que soportan la mayor carga de la emergencia climática, no disfrutan de los mismos derechos”.
Según datos de la ONU, 34 millones de personas en el mundo padecieron inseguridad alimentaria aguda en 2019 debido al cambio climático, mientras los peligros relacionados con esta situación provocaron cerca de 35 millones de desplazamientos en 40 países.
El número de personas que pasan hambre en Centroamérica se ha multiplicado casi por cuatro en los últimos dos años. Alrededor de que 1,7 millones de centroamericanos necesitan ayuda urgentemente y es la causa de las migraciones que azotan a sus países.
La crisis económica causada por la pandemia sumada a los eventos climáticos extremos que han soportado, provocaron que 8 millones de personas sufran hambre, frente a los 2,2 millones de 2018.
HACIA UNA NUEVA CUMBRE
Los países deberán establecer nuevas compromisos para reducir las emisiones en la Cumbre de la COP26, prevista el próximo noviembre en Glasgow (Escocia) y enfrentar el cambio climático.
Los líderes mundiales deberán comprender que el 2021 será un año crítico para restablecer nuestra relación con la naturaleza y mitigar el cambio climático pero que ello requiere –de una vez por todas– una mayor determinación en las acciones. Como dice Guterres “la urgencia de actuar nunca ha sido más clara”.
En la cita del Consejo de Seguridad del 23 de este mes, estuvieron reunidos de manera virtual, junto al Secretario general de la ONU, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, el ministro de Exteriores de China, Wang Yi, el enviado especial para el clima de EEUU, John Kerry y el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, y los embajadores de Alemania y Rusia ante la ONU, lo que muestra la preocupación mundial ante la “grave amenaza para la paz y seguridad globales” que representa la triple emergencia climática.
El reconocido ambientalista británico, David Attenborough, fue invitado a abrir la sesión y fue contundente sobre la gravedad de la hora: “el calentamiento global es la mayor amenaza de seguridad que los seres humanos han enfrentado nunca. No envidio la responsabilidad que esto supone para todos ustedes”.
Attenborough advirtió: “Si seguimos por el camino actual, nos enfrentamos al colapso de todo lo que nos proporciona seguridad: la producción de alimentos, el acceso a agua fresca, temperaturas ambientales habitables y las cadenas de alimentación en el océano. Si la naturaleza no puede proveernos nuestras necesidades más básicas, gran parte del resto de la civilización pronto colapsará”.