Tal como señala la Fundación Rewilding, el muitú se encuentra categorizado a nivel global como especie “vulnerable” y de “alta prioridad de conservación” por su importante rol ecológico. En Argentina, está considerada “en peligro de extinción” debido a la drástica reducción de sus poblaciones y la destrucción de sus áreas de ocupación.
De hecho, se estima que el número de animales no superaría los 2.500, que ocupan los bosques de Formosa y Chaco, dos provincia argentinas que se caracterizan por liderar en su país, los procesos de deforestación y tala irracional con amparo y complicidad de sus gobernantes (Ver Más Azul n° 12, sept. 2020, “Avanza la deforestación en el Gran Chaco”). En el resto de territorios que históricamente ocupaban se habían extinguido hace medio siglo.
Su importancia para la biodiversidad proviene de ser una especie principalmente frugívora que se alimenta de frutos caídos, brotes y semillas, e incluso de flores e invertebrados. Como otros crácidos, el muitú tiene la capacidad de dispersar las semillas de árboles con frutos carnosos, especialmente aquellos de gran tamaño que no pueden ser ingeridos por otras aves o mamíferos, y son predadoras de semillas duras por la acción digestiva de sus estómagos.
Es por ello, que cumple un rol clave en el mantenimiento de las funciones ecológicas y la biodiversidad de los bosques que habitan, pudiendo intervenir en procesos de regeneración y restauración de los bosques.
PRODUCIR NATURALEZA
Es uno de los valores y objetivos que se plantea el equipo de la Fundación Rewilding. En el marco del proyecto de reintroducción de especies en los esteros del Iberá (Corrientes-Argentina) en febrero pasado, nacieron los tres primeros pichones de muitú, en el sector conocido como ‘Yerbalito’,
El retorno del muitú comenzó a gestarse en 2019, cuando arribaron los primeros ejemplares desde Refugio Bella Vista, ubicado en la localidad de Foz do Iguaçu que gestiona la empresa binacional Itaipú. Tras un período de chequeos y cuarentena y su aclimatación en grandes corrales de presuelta, con que cuenta el Proyecto Iberá de la Fundación, las aves fueron liberadas a finales de enero de 2020.
El primer sitio de liberación elegido fue Rincón del Socorro, la reserva privada de Conservation Land Trust (CLT). Esta reserva resguarda la mayor superficie de bosques en categoría de ‘conservación estricta’ de la Reserva Provincial Iberá, y linda con el extenso Parque Provincial Iberá, también con categoría de ‘conservación estricta’.