El comerciante textil Levi Strauss, que había emigrado de Alemania, tenía cada vez más éxito en la venta del material. Las costuras reforzadas con remaches y los bolsillos, que dan a los jeans su aspecto actual, se agregaron más tarde. Esa idea surgió de un sastre que había venido de Rusia y estaba trabajando con Strauss.
Se cree que la ciudad de Génova, o más precisamente su forma francesa, Gênes, dio su nombre a los pantalones. Allí se había desarrollado un material robusto en la Edad Media y, según los informes, se tiñó con un tono azul típico de los jeans. Tejedores en Nîmes, Francia, abrazaron el material y crearon la tela estándar, por lo que no es de extrañar que el término jeans denim tenga su origen en los topónimos Gênes y Nîmes.
Los jeans se han convertido en una de las prendas de vestir más populares del mundo. Los productores de muchos países diferentes trabajan juntos para hacerlos, aunque las diversas etiquetas de jeans, naturalmente, se dirigen a proveedores, tejedores y cosedores completamente diferentes.
La Fundación Friedrich Ebert de Alemania ha identificado nueve países que participan en la producción de este pilar de la moda. En su ejemplo, comenzando con los campos de algodón de Kazajstán, los productores de tres continentes juegan un papel en la fabricación de jeans como los que cuelgan o están en el armario de casi todos.
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