Los daños por la acción humana son irreversibles

14 Ago 2021

Se trata del VI° Informe de Evaluación sobre Cambio Climático (producido por el IPCC de Naciones Unidas) que advierte que la influencia de la acción humana en el sistema climático es clara e indiscutible y que los efectos provocados y sus consecuencias –que han trastornado el clima en la Tierra en las últimas décadas–son irreversibles.

Áreas productoras de alimentos como Centroamérica sufren los extremos del cambio climático.

Dicho informe, titulado “Cambio climático 2021: La base de la ciencia física” ha sido realizado con el aporte de un equipo de 234 expertos de un centenar de países. Tras revisar más de 14.000 publicaciones científicas, adelantan que “es inequívoco que la influencia humana ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra”.

El IPCC en sus Informes, que se publican cada seis o siete años, provee a Naciones Unidas de la mejor información científica sobre el tema. El realizado en 2014 sirvió de base científica al Acuerdo de París. El actual es un anticipo de otros tres informes se publicarán durante 2022, y pretende servir de insumo para el COP26 a desarrollarse en Glasgow en noviembre próximo, que es considerada la última oportunidad para desarrollar una serie de medidas destinadas a evitar las peores consecuencias del cambio climático.

El planteo del IPCC no es una sugerencia ni una recomendación. Se trata de una contundente advertencia. Si ocho años atrás los científicos hablaban de una “alta probabilidad” de que los aumentos en la temperatura global provinieran de la actividad humana, la evidencia científica acumulada, prueba de manera concluyente esa relación.

El informe ha sido clasificado como “histórico” debido a que los principales científicos del clima del mundo señalan que “los daños ya son irreversibles’ y que es necesario pasar a la acción inmediata para reducir los gases de efecto invernadero porque ya enfrentamos “un cambio climático acelerado y sin precedentes”.

El equipo de científicos de la ONU adelanta lo que ocurrirá con el clima del Planeta en las próximas décadas y sus observaciones no son tranquilizadoras. Petteri Taalas, Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), es terminante: “La dura realidad del cambio climático se desarrolla en tiempo real ante nuestros ojos. Es un anticipo de lo que enfrentarán las generaciones futuras. Algunos de los cambios negativos ya están presentes en el sistema climático, pero otros aún pueden morigerarse si hacemos ahora reducciones fuertes, rápidas y sostenidas de las emisiones. Sin embargo, las concentraciones de gases de efecto invernadero, especialmente dióxido de carbono, se mantienen en niveles récord”.

MILES Y MILLONES DE AÑOS

La demencial actividad humana del modelo industrial de producción y consumo ha implicado un aumento sin precedentes de la temperatura en los últimos 2.000 años. El retroceso de los glaciares es el mayor en 2.000 años. El óxido de carbono en la atmósfera y la acidificación del océano han alcanzado niveles de máximo histórico en los últimos 2 millones de años. El nivel del mar llegó a superar los registros de los últimos 3.000 años, Las temperaturas registradas entre 2011 y 2020 superan las de los últimos 6.500 años. Las concentraciones de metano y óxido nitroso fueron las más altas de los últimos 800.000 años

Por tanto, señala el IPCC-Naciones Unidas, muchos de los cambios observados en el clima, que la comunidad científica está verificando, no tienen precedentes en miles y a veces en cientos de miles de años. Y lo más preocupante es que algunos de los cambios que se han puesto en marcha, como el aumento continuo del nivel del mar, son irreversibles y se prologarán por cientos o miles de años.

El informe hace hincapié en esos efectos irreversibles de la crisis climática. Ello no significa que no sea posible tomar medidas para frenar su avance. Pero deberán ser urgentes. De lo contrario, el escenario que podríamos enfrentar sería catastrófico. El ejemplo del nivel del mar es concluyente: podríamos ralentizar sus efectos y adecuar con tiempo las ciudades costeras, o exponerlas a quedar bajo el agua.

Los cambios ya ocurridos en el Planeta y algunos de los que están en curso seguirán su proceso aunque logremos reducir las emisiones y mantener la temperatura global en 1,5°C, solo que con efectos menos dañinos.

“No hay vuelta atrás de algunos cambios en el sistema climático (en cientos o miles de años al menos). Sin embargo, algunos de estos cambios podrían ralentizarse y otros podrían detenerse, limitando el calentamiento”, explica Carolina Vera, científica argentina del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA) y vicepresidenta del Grupo de Trabajo I del IPCC. “La influencia humana está haciendo que los eventos climáticos extremos, incluidas las olas de calor, las lluvias torrenciales y las sequías, sean más frecuentes y severas”.

Su colega, la paleoclimatóloga francesa Valérie Masson-Delmotte, directora de investigación en la Comisión de Energía Atómica y Energías Alternativas de Francia y copresidenta del Grupo I desde 2015 enmarca la importancia de la presentación del IPCC: “Este informe es una verificación de la realidad. Ahora tenemos una imagen mucho más clara del clima pasado, presente y futuro, que es esencial para comprender hacia dónde nos dirigimos, qué se puede hacer y cómo podemos prepararnos”.

Mientras tanto –como advierte Taalas– seguimos batiendo records de emisiones de gases de efecto invernadero, en un singular proceso autodestructivo, mientras los gobiernos continúan subsidiando el petróleo y el carbón!!

Las emisiones de CO2 alcanzan récords históricos con efectos se prologarán por cientos o miles de años.

Temperaturas récord

El documento pone el acento en los fenómenos más extremos del clima que se están verificando en los últimos años. El mundo experimenta temperaturas récord, inundaciones devastadoras e incendios forestales gravísimos, debido al calentamiento global.

El IPCC advierte que las reducciones de emisiones GEI deben ser inmediatas y a gran escala. Esas emisiones han sido responsables de 1,1°C de calentamiento a partir del período 1850-1900 y su evolución marca que para el 2040 nos estaría arrastrando a una temperatura global en promedio, superior a los 1.5°C de calentamiento. Si no logramos mantenernos en ese límite, la situación estará fuera de nuestro alcance, afirman los científicos del IPCC.

Si el modelo de producción y consumo mundial permanecen en el escenario actual de altas emisiones y el mundo se volviera 4°C más caliente, las olas de calor extremas, ocurrirían cada uno o dos años y la producción de alimentos se vería gravemente impactada.

En la página del IPCC está disponible por primera vez un mapa interactivo especialmente enfocado en mostrar el cambio climático a nivel de regiones. “El cambio climático ya está afectando a todas las regiones de la Tierra, de múltiples formas. Los cambios que experimentamos aumentarán con un calentamiento adicional”, explica el copresidente del Grupo de Trabajo I del IPCC, Panmao Zhai.

Allí puede verse que los efectos nocivos del cambio climático provocado por las actividades humanas afectará a todas las regiones La investigación de Naciones Unidas-IPCC proyecta que en las próximas décadas, con solo un calentamiento global de 1,5°C, habrá en todas las regiones, crecientes olas de calor, temporadas cálidas más largas y frías más cortas. Con 2°C de aumento global de temperatura, los extremos de calor alcanzarían con mucha más frecuencia los límites críticos de tolerancia para la agricultura y la salud humana.

Hay que tener en cuenta que cada región experimenta el calentamiento global de distintas formas. La temperatura de la superficie terrestre aumenta por encima del promedio global y en el Ártico es más del doble. Con un calentamiento de 2°C el impacto en esa región sería gravísimo, con severas restricciones en glaciares, lagos, capas de hielo marino y reducción de la capa de permafrost, con el peligro de una fuga catastrófica del metano que retiene.

ACTUAR YA

Ante este escenario, los científicos hacen un llamado a los gobiernos de todo el mundo para que de forma urgente frenen sus emisiones: La estabilización del clima requerirá reducciones fuertes, rápidas y sostenidas de las emisiones de gases de efecto invernadero, y llegar a cero emisiones netas de CO2. Limitar otros gases de efecto invernadero y contaminantes del aire, especialmente el metano, podría tener beneficios tanto para la salud como para el clima”.

Pero las medidas deberán implicar reducciones fuertes de emisiones si queremos limitar el cambio climático. Los cambios en la calidad del aire se verían rápidamente pero la estabilidad de las temperaturas llevará entre dos y tres décadas, si las acciones fueran hoy contundentes.

Estabilizar el clima requerirá reducir a cero las emisiones y terminar con los combustibles fósiles.

Si por el contrario, las emisiones de dióxido de carbono continuaran creciendo al ritmo actual, un tercio de la producción mundial de alimentos quedaría fuera de un espacio climático seguro. Es lo que afirma una investigación de los académicos Matti Kummu, profesor de problemas mundiales de agua y alimentos y Matias Heino, de la Universidad de Aalto (Finlandia) quienes definen el concepto de ‘espacio climático seguro’ como aquellas áreas donde hoy se lleva a cabo el 95% de la producción agrícola y que combinan tres factores climáticos, lluvia, temperatura y aridez.

“La producción de alimentos tal como la conocemos se desarrolló en un clima bastante estable, durante un período de calentamiento lento que siguió a la última edad de hielo”, afirma Heino. “El crecimiento continuo de las emisiones de gases de efecto invernadero puede crear nuevas condiciones, y la producción de cultivos alimentarios y ganado simplemente no tendrá tiempo suficiente para adaptarse”.

El estudio de la universidad finlandesa señala que, aún controlando las emisiones de CO2, el bosque boreal –la zona climática más grande del mundo (norte de América del Norte, Rusia y Europa)– se reduciría de 18 a 14,8 millones kms2 antes de finales de siglo. Pero si no lográramos reducirlas, solo quedarían unos 8 millones kms2 y en América del Norte el cambio sería aún peor: 6,7 millones kms2 quedarían reducidos a 2,2 millones kms2. Simultáneamente estiman que el bosque seco tropical y las zonas desérticas tropicales crecerán y la tundra ártica desaparecerá por completo.

“Si dejamos que crezcan las emisiones, el aumento de las áreas desérticas es especialmente preocupante porque en estas condiciones casi nada puede crecer sin riego. Para fines de este siglo, podríamos ver más de 4 millones de kilómetros cuadrados de nuevo desierto en todo el mundo”, advierte Kummu.

Según el informe del IPCC, las intensas precipitaciones e inundaciones asociadas “se intensificarán y serán más frecuentes” en la mayoría de regiones de África y Asia, América del Norte y Europa con un calentamiento global de 1,5°C. A partir de un calentamiento global de 2°C, la magnitud de las sequías y precipitaciones fuertes multiplicarán su poder destructivo y se manifestarán de forma “más habitual y/o grave” en regiones de todos los continentes.

Taalas (OMM) remarca que “el calor extremo que hemos presenciado en 2021 tiene todas las características del cambio climático inducido por el hombre. Columbia Británica en Canadá registró una temperatura increíble de 49,6°C, rompiendo todos los récords anteriores, como parte de una ola de calor intensa y extensa en América del Norte”.

Las consecuencias son planetarias: “Los incendios en América del Norte avivados por el calor y la sequía han enviado columnas de humo a través del Atlántico. En los últimos días, hemos visto incendios devastadores en Turquía y Grecia en medio de una ola de calor intensa y duradera en el Mediterráneo. Siberia, una región tradicionalmente asociada con el permafrost, ha vuelto a sufrir enormes incendios forestales después de las olas de calor excepcionales, los incendios y la escasez de hielo marino del Ártico en 2020”, reseñó Taalas.

Asimismo, el IPCC prevé que las lluvias intensas y las inundaciones sean más fuertes y frecuentes en numerosas regiones de América del Norte y Europa, así como en algunas regiones de Australasia y América Central y del Sur y en las islas del Pacífico.

Paralelamente, vastas regiones de África, América del Sur y Europa experimentarán un aumento de la frecuencia y gravedad de las sequías, que también podrían verificarse en Australasia, Centroamérica, el Caribe y América del Norte.

Es que, como señala el informe del IPCC, el cambio climático está alterando el ciclo del agua, provocando lluvias e inundaciones y a la vez, sequías más rigurosas y problemas en el suministro de agua en muchas regiones.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha exigido a los políticos que tomen medidas “rápidas y drásticas”, porque “las campanas de alarma son ensordecedoras y la evidencia es irrefutable… (Este informe) debe ser una ‘sentencia de muerte’ para el carbón y los combustibles fósiles, antes de que “destruyan el planeta. Si combinamos fuerzas ahora, podemos evitar una catástrofe climática”.