“Compromisos vacíos nos han puesto de camino hacia un mundo inhabitable”

05 jun 2022

Naciones Unidas denuncia las “promesas climáticas rotas” por gobiernos y corporaciones. El Planeta se acerca a un punto de no retorno y queda un tiempo exiguo para evitar la catástrofe ambiental. Cuando en abril pasado se presentó el último informe de los expertos climáticos de Naciones Unidas, la ciudadanía global tuvo la esperanza de que esta vez gobiernos y corporaciones oyeran a la ciencia y se pusieran en acción para frenar las peores consecuencias de la crisis ambiental.

La guerra de los combustibles fósiles: el riesgo es que sea el clima quien pierda la guerra.

Pero los líderes mundiales prefirieron enfrascarse en una guerra que muestra su ineptitud para entender la encrucijada de la humanidad y su complicidad con los intereses económicos que nos han traído hasta esta dramática situación.

La ONU denuncia –casi en un grito a favor de la supervivencia– la inacción generalizada de los gobiernos y su incomprensible pasividad frente a los efectos devastadores de una crisis climática que ya afectan a la mitad de la población mundial.

António Guterres, Secretario General de Naciones Unidas y una de las escasas voces señeras en el actual escenario, insiste en que la “lentitud es sinónimo de muerte” y que apenas queda tiempo para afrontar lo que se avecina.

No ha dudado en afirmar: “Estamos cavando nuestra propia tumba… Los intereses de los combustibles fósiles están ahora usando cínicamente la guerra en Ucrania para asegurar un futuro alto en carbono”.

Es imprescindible terminar con esos combustibles, tal como vienen reclamando desde el IPCC. En su último informe se advierte que la mitad de la población mundial vive ya en regiones muy vulnerables al calentamiento global. Advierten que si se supera el límite de 1,5 o 2°C, las consecuencias climáticas se volverán incontrolables. Y estamos encaminándonos hacia los 3°C.

La humanidad está frente a un peligro inmediato real: las emisiones deben tocar techo en 2025 para limitar el aumento de la temperatura, pero las previsiones de los gobiernos y corporaciones pretenden ganar dos o tres décadas más para lograrlo.

“Entre 3.300 y 3.600 millones de personas –la mitad de la población mundial– viven en lugares muy vulnerables al cambio climático, mientras que en términos de biodiversidad, menos del 15% del suelo, el 21% del agua dulce y el 8% de los océanos son áreas protegidas… demasiado poco como para ayudar a reducir los daños del cambio climático”, denuncia el informe IPCC.

La mitad de la población mundial vive en lugares muy vulnerables al cambio climático y los daños son crecientes .

La gravedad de la situación es tal que Guterres aseguró en su presentación “He visto muchos informes, pero ninguno como éste”.

Los científicos pasan a la acción

Cuando Greta Thunberg hizo su aparición en la escena de la lucha climática reclamaba con lucidez a los líderes mundiales “Oigan a la ciencia”. Pero los que tienen que oír y actuar no lo hacen. Como señala Greta solo hacen “bla,bla, bla y greenwashing”.

Ahora son los propios científicos quienes registran con desesperación que son ignorados pese a la contundencia de sus investigaciones: Llevamos décadas publicando informes y no se nos escucha”.

Un grupo de ellos ha fundado el movimiento Rebelión Científica, que desde abril pasado protagoniza acciones de protesta en 25 países contra la inacción política y llama a la desobediencia civil: “En este momento la comunidad científica se ha dado cuenta de que no es suficiente con la publicación de artículos. Llevamos décadas haciéndolo y no se nos escucha. Ya no queda otra, no hay alternativa que pasar a la desobediencia civil”.

Coinciden con el diagnóstico de Guterres quien hace hincapié en “el mundo no se puede permitir la ecoimpostura o greenwashing, el término que se usa habitualmente para hablar de la estrategia de empresas que tratan de aparentar ser respetuosas con el medio ambiente cuando en realidad no lo son… “El mundo está en una carrera contra el reloj” y tampoco hay sitio para quienes avanzan con sus compromisos medioambientales con excesiva lentitud o lo hacen de forma falsa”.

Como señala el presidente del IPCC, Hoesung Lee: “Estamos en una encrucijada. Las decisiones que tomemos ahora pueden garantizar un futuro habitable. Tenemos las herramientas y los conocimientos para limitar el calentamiento”. Se han perdido años invaluables desde el histórico Acuerdo de París. Ahora todo es más difícil que en aquel momento porque las emisiones no han dejado de subir.

“Si queremos limitar el calentamiento a 1,5°C, es ahora o nunca”, afirma rotundo Jim Skea, Copresidente del Grupo de Trabajo III del IPCC y profesor de Energía Sostenible en el Imperial College de Londres. “Sin reducciones inmediatas y profundas en todos los sectores, eso será imposible”.

Cuadro de situación

Los 10 datos siguientes expresan la voz de la ciencia que gobiernos y corporaciones desoyen. Conforman el cuadro de situación que enfrentamos y son el fundamento de las acciones que la ciudadanía global deberá definir para no poner en esas manos, la definición de nuestra supervivencia:

1.Los eventos climáticos extremos (olas de calor, sequías o inundaciones, entre otros) han excedido el nivel de tolerancia de animales y plantas. Hay un aumento de la inseguridad en el acceso a los alimentos y al agua, en especial en regiones vulnerables como África, Asia, Sudamérica y Centroamérica, pequeñas islas y el Ártico;

2. El futuro estará condicionado por la evolución de la sociedad humana y su actual modelo de producción y consumo insostenible, así como por la evolución de la agricultura y el uso responsable o no de suelos, agua y océanos y el crecimiento demográfico;

3. Todo el continente europeo soportará importantes pérdidas de su producción agrícola a lo largo del siglo XXI, que no se verán compensados por el aumento de la producción en los países nórdicos. Si el Planeta se calienta 2°C para 2100 (los actuales compromisos de reducción de emisiones llevan al mundo hacia 2,7°C) más del 33% de la población del sur de Europa vivirá con escasez hídrica, lo que afectará su seguridad alimentaria, salud y economía. Si se alcanzan los 3°C, la falta de agua alcanzará al 66% de los europeos del sur. El nivel del mar podrá subir entre 20 y 100 cms. en la región mediterránea, afectando un 37% de la costa multiplicando por diez las inundaciones y daños costeros para finales del siglo XXI.

4.Si se lograra mantener la temperatura en 1,5°C (escenario más optimista) la extinción de especies podría no superar el 14%. Pero con 5°C, casi la mitad de las especies terrestres (48%) desaparecerían, en especial las endémicas (aquellas que habitan en un único ámbito geográfico) que se verían en riesgo de extinción (84% de las que habitan en las montañas y el 54% en los océanos);

5. La temperatura media de la Tierra ya es 1,2°C superior a los niveles preindustriales y el ciclo 2013-2021 está entre los diez más cálidos registrados de la historia, lo que pérdida de biodiversidad, aumento de la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos y un cambio general negativo de las condiciones de vida.

6. Limitar el calentamiento implica dejar de quemar combustibles fósiles. Las emisiones han aumentado en la última década y están en su punto más alto desde que el mundo empezó a quemar esos combustibles. Si en lugar de reducciones muy drásticas, las emisiones se mantienen al nivel actual, el calentamiento será de 3,2°C en 2100. Pero si continúan aumentando el calentamiento podría superar los 4°C lo que implica una catástrofe ambiental de consecuencias imprevisibles. Se requiere por tanto, una “reducción sustancial del uso de combustibles fósiles” en el sector energético y una extensa electrificación del sistema. En la actualidad, en algunas regiones y sectores, mantener una producción energética contaminante “puede ser más caro que la transición a sistemas de bajas emisiones”, ya que las energías limpias se han abaratado hasta en un 85% desde 2010. Es por eso que Guterres sostiene que “invertir en nuevas infraestructuras de combustibles fósiles es una locura moral y económica”: “Tenemos que triplicar la velocidad del cambio hacia las renovables, ya que estas energías en general son mucho más baratas que las no renovables”.

Hay que acelerar el ocaso de la industria de los combustibles fósiles – Foto:Unsplash - Zbynek Burival.

7.Hay un falso argumento defendido por los contaminadores acerca del coste de inutilizar buena parte de la infraestructura actual de la industria de los combustibles fósiles y que utilizan para defender la mayor utilización de hidrocarburos en la guerra en Ucrania. Para tener un calentamiento de 2°C (aún incumpliendo París) se requiere reducir el uso del carbón (100%), del petróleo (60%) y del gas (70%) antes del 2050. El valor estimado (IPCC) de los combustibles no quemados más el desuso de las infraestructuras es de 1 y 4 billones de dólares. Pero el beneficio económico global de limitar el calentamiento a 2°C supera el coste de la mitigación” sin contar que un cambio climático más destructivo por fenómenos meteorológicos más extremos provocaría enormes daños en infraestructuras, sanidad y agricultura, muy difíciles de absorber como ya lo demuestran algunos de los últimos acontecimientos de incendios forestales, huracanes, inundaciones y sequías.

8. Las acciones deben ser múltiples y concurrentes en todos los sectores. Si bien, por ejemplo, cambios en la actual agricultura podrían permitir “reducciones de emisiones a gran escala”, no compensarían una actuación tardía en otros sectores. Frenar la deforestación, promover la agricultura ecológica y las dietas armónicas con la naturaleza, son acciones concurrentes. El IPCC insiste en que la capacidad del suelo agrícola de almacenar CO2, puede redundar en múltiples beneficios en los objetivos de mitigación y adaptación.

9.El informe del IPCC advierte sobre las expectativas de los mecanismos de captura y almacenamiento de CO2 –que defienden ciertas corporacionescomo sistemas para reducir la temperatura global, en tanto su maduración está muy lejos de constituir una respuesta adecuada a la urgencia y son cuestionables por la gran cantidad de energía que demandan.

10.Dos factores con “mayor potencial” de descarbonización provienen de: a) una rápida conversión de la movilidad hacia vehículos eléctricos y en el caso del transporte marítimo y aéreo hacia biocombustibles o hidrógeno verde, alternativas que se reconoce que aún requieren mejoras en la producción y reducción de costes y b) modificaciones de la estructura urbana (viviendas verticales, diseño urbano en consonancia con la naturaleza, sistemas constructivos de emisiones netas cero, transporte público, alimentos de cercanía, teletrabajo, digitalización de servicios, innovación en los sistemas de calefacción y refrigeración, etc).

Según el IPCC, las decisiones que se tomen en esta década determinarán en qué medida la humanidad podrá soportar y adaptarse a los cambios causados por el incremento de la temperatura media del Planeta y asegurar un futuro para la humanidad. Esas acciones y nuestra determinación frente al cambio climático serán decisivas para garantizarlo