Nueve de los quince podrían haberse activado y desencadenar una emergencia climática

 

10 sep 2022

En 2005, Gerald Marten, un prestigioso ecólogo y académico, investigador principal en el East-West Center (Honolulu, Hawái), con décadas de experiencia de investigación en diversos ecosistemas alrededor del mundo (vivió y trabajó en EEUU, Canadá, México, América Central, África Oriental, Sudeste Asiático y Japón, se despedía de su cátedra en la Universidad Kwansei Gakuin (Japón).

El santuario de Isla Apo en Filipinas, una historia exitosa de restauración ecológica.

Su investigación principal ha estado centrada en los “Puntos de inflexión ecológica”, analizando historias ambientales exitosas para comprender cómo los sistemas humanos-ambientales pueden pasar de la decadencia a la restauración.

En aquella despedida, Gerry Marten explicó lo que había sucedido en la Isla Apo (Filipinas) para brindarnos un ejemplo de los puntos de inflexión ecológica en acción. Se habían introducido métodos destructivos de pesca (inflexión negativa) lo que empujó a la pesquería de la región a una decadencia que en 40 años la colocó al borde del colapso.

Sin embargo, gracias a la creación de un pequeño santuario marino (inflexión positiva) que posibilitó una serie de cambios ecológicos y sociales, la Isla Apo pudo restaurar sus disminuidas reservas pesqueras y regresó a un ecosistema marino sano. Japón –explicó entonces Marten– también superó las consecuencias de una deforestación severa del siglo XVII con el desarrollo y difusión de nuevas técnicas de silvicultura y el uso sustentable de sus bosques.

Esos puntos de inflexión, si se rebasan, pueden hacer muchísimo más difícil la lucha climática para limitar los gases de efecto invernadero en la atmósfera y favorecer un aumento imparable de las temperaturas. De allí que tener una perspectiva de puntos de inflexión ecológica puede ayudar a lidiar con la complejidad de problemas ambientales al brindar nuevo conocimiento sobre potenciales interacciones, contemplar todos los escenarios posibles y anticipar medidas concretas para fortalecer la seguridad ambiental (historias de éxito.- www.ecotippingpoints.org.).

Puntos de inflexión climática

Tres años más tarde de la despedida de Marten, Timothy Lenton, director del Global Systems Institute (Universidad de Exeter-Reino Unido), identificó junto a Hermann Held, Jim W.Hall, Stefan Rahmstorf, Hans J. Schellnhuber y otros investigadores, los 15 puntos de inflexión climática (PNAS, 2008, Elementos de inflexión en el sistema climático de la Tierra”).

Una década después, Lenton junto a Johan Rockström, Katherine Richardson y algunos de los científicos que habían contribuido al anterior estudio (como Rahmstorf, Steffen, Schellnhuber, etc) publicaron en Nature (nov 2019) “Climate tipping points-too risky to bet against”, donde revelan que nueve de ellos se han activado, lo que podría desencadenar un efecto dominó y exigir “una respuesta de emergencia”.

Hace una década identificamos un conjunto de puntos de inflexión potenciales. Ahora encontramos evidencias de que más de la mitad de ellos se han activado. La creciente amenaza de cambios rápidos e irreversibles quiere decir que ya no es responsable solo esperar y ver. La situación es urgente y se necesita una respuesta de emergencia”, advierte Lenton.

Los nueve puntos de inflexión activos son:

1.Hielo marino del Ártico

2.Capa de hielo de Groenlandia

3.Bosques boreales

4.Permafrost

5.Circulación Meridional Atlántica de Vuelco

6.Selva amazónica

7.Corales de aguas cálidas

8.Capa de hielo de la Antártida Occidental

9.Partes de la Antártida Oriental

 

Estos 9 puntos de inflexión se consideran activados debido a los daños sistémicos sufridos y los investigadores advierten que son fenómenos interconectados que pueden desencadenar un efecto dominó o de cascada (muerte regresiva del bosque boreal y de la selva amazónica; pérdida del hielo marino ártico y antártico, con disminución de la profundidad de la banquisa de hielo en Groenlandia y Antártida; ruptura de los procesos monzónicos en India y el África Occidental; formación de aguas profundas atlánticas, cerca del océano Ártico, componente del proceso de circulación termohalina y pérdida del permafrost, activando la pérdida del metano del Ártico)

El hielo marino soporta una reducción significativa en el Ártico y la Antártida.

El hielo marino ártico soporta una reducción significativa de la capa de hielo, como sucede también con la capa de hielo de Groenlandia, la de la Antártida occidental y de partes de la Antártida oriental, todos puntos de inflexión bajo una aceleración en la pérdida de hielo. El colapso de las principales capas de hielo en Groenlandia, la Antártida Occidental y parte de la Antártida Oriental comprometería al mundo con un aumento irreversible del nivel del mar de unos 10 metros en el largo plazo. Reducir las emisiones podría ralentizar este proceso, dando más tiempo a la reubicación de las poblaciones costeras.

Los bosques boreales están siendo alterados por fuegos y plagas. El permafrost, corre el riesgo de continuar su proceso de pérdida de cobertura y multiplicar las emisiones de metano que retiene bajo el suelo congelado. La selva amazónica, por su parte, está sometida a frecuentes sequías, deforestación e incendios. Las selvas tropicales, el permafrost y los bosques boreales son ejemplos de puntos de inflexión de la biosfera que, si se cruzan, dan como resultado la liberación de gases de efecto invernadero adicionales que amplifican y aceleran el calentamiento.

El sistema de circulación de volcado meridional del Atlántico está reduciéndose desde la década de 1950, mientras los corales de agua caliente manifiestan una alta tasa de mortandad.

Interacciones y peligro de cascada

Según los científicos, empiezan a observarse interacciones riesgosas. Por ejemplo, la pérdida de hielo marino en el Ártico amplifica el calentamiento regional, y el calentamiento del Ártico y el derretimiento de Groenlandia provocan una afluencia de agua dulce al Atlántico Norte.

Ello contribuye a una desaceleración del 15% desde mediados del siglo XX en la Circulación de Retorno del Atlántico Occidental (AMOC), una parte clave del transporte mundial de calor y sal por el océano. El rápido derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia y una mayor desaceleración de la AMOC podrían desestabilizar el monzón de África occidental y provocar sequías en el Sahel y asimismo una desaceleración de la AMOC podría secar el Amazonas, perturbar el monzón de Asia oriental y provocar la acumulación de calor en el océano austral, acelerando la pérdida de hielo en la Antártida.

El IPCC introdujo la idea de los puntos de inflexión hace dos décadas, pero sólo se consideraba probables si el calentamiento global superaba los 5°C por encima de los niveles preindustriales. Los últimos avances que los puntos de inflexión podrían incluso superarse con un  calentamiento entre 1 y 2°C.

El pasado mes de agosto (2022), un importante grupo internacional de científicos del clima reunidos por el MIT y la Universidad de Cambridge, presentó un informe ‘Climate Endgame: Exploring catastrophic climate change scenarios’, donde plantean la urgencia de una investigación más rigurosa de los peores escenarios que podrían derivarse de la actual crisis climática, lo que ellos llaman el “Endgame” (Ver Más Azul n° 35, agosto 2020, “Riesgo de extinción humana por catástrofe climática”).

El objetivo del trabajo del equipo internacional de investigadores es avanzar sobre escenarios más allá de 2°C, que es el horizonte más probable al que nos dirigimos , viendo las perpetuas dilaciones y falta de lucidez de los líderes gubernamentales y empresarios de los países más desarrollados.

Entre los 11 científicos que reclaman investigar las consecuencias del calentamiento global en el extremo superior de los escenarios plausibles (3°C o más a finales de siglo) se encuentran los ya citados Lenton, Rockström, Schellnhuber, Steffen, etc.

Para todos ellos, el calentamiento global podría ser “catastrófico” para la humanidad si el aumento de la temperatura es peor de lo que se predice; si las acciones de gobiernos y empresas resultan insuficientes (como sucede hasta ahora) o si la crisis climática provoca una cascada de acontecimientos aún no considerados. “El mundo debe empezar a prepararse”, es su advertencia.

Como explica Johan Rockström, director del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático y coautor de los estudios, “estos fenómenos no se deben tan solo a que la presión humana sobre la Tierra continúe aumentando a niveles sin precedentes. También se deben a que a medida que avanza la ciencia, se tiene que admitir que hemos subestimado los riesgos de desencadenar cambios irreversibles, dado que el planeta amplifica por sí mismo el calentamiento global”.

Entendamos que el CO2 atmosférico ya se encuentra en niveles que se observaron por última vez hace 4 millones de años (Plioceno) y según las investigaciones que hemos reseñado, se acerca rápidamente a los niveles de hace 50 millones de años (Eoceno).

Aunque algunos científicos refutan como muy especulativa, la posibilidad de que se produzca un punto de inflexión a nivel mundial, Lenton y su grupo insisten en su posición porque “cualquier evaluación de riesgos graves, dado su enorme impacto y su carácter irreversible, debe tener en cuenta las pruebas, por muy limitada que sea nuestra comprensión actual. Errar del lado del peligro no es una opción responsable”.

Puede comprenderse entonces la importancia de los puntos de inflexión en medio de la actual crisis climática. Un punto de inflexión ecológica puede generar cambios de largo alcance y detonar circuitos de retroalimentación que provoquen un nuevo rumbo al sistema de consecuencias imprevisibles.