dic 2019

Dra. Arq. Vicenta Quallito

Actualmente, alrededor del 50% de la población humana vive en zonas urbanas y se prevé que en diez años llegará al 75%. Contribuyen a la contaminación global en una proporción superior al 75% y utilizan más del 70% del total de la energía consumida. El 50% del calentamiento global se debe al uso de los combustibles para la calefacción, la iluminación y ventilación de los edificios y el 25% a causa del transporte. Estos porcentajes indicarían que, estas zonas urbanas, son el principal responsable de los problemas medioambientales que afectan al planeta con una fuerte interacción entre las cuestiones ambientales, el urbanismo y el proyecto, construcción y vida útil de los edificios. Por tanto, como señala Ruano, los problemas medioambientales debieran ser abordados y resueltos en primer lugar y principalmente en las ciudades.

Hacia fines del siglo XX, De Carlo expresaba: “Tengo la esperanza, y mucho me alegraría, que desaparecieran términos como ‘ecológica’ o ‘ambiental’; que cuando digamos ‘arquitectura’ lo hayamos dicho todo”. Esta frase refleja su deseo de dejar de adjetivar a la arquitectura con términos como “verde”, “ecológica” o “sustentable”. También significa la necesidad de un nuevo abordaje disciplinar, académico y profesional. Apela a un cambio de paradigma en donde la ecología y lo ambiental formaran parte inherente de la arquitectura.

Banca dell’Occhio, Emilio Ambasz. Italia, 2008.

En las investigaciones desarrolladas en mi tesis doctoral, concluí que existen seis modelos identificables de sustentabilidad que conviven y se reproducen en los ámbitos de la arquitectura: el normativo, el tecnológico, el High Tech verde, el de diseño, el ambiental, el socioeconómico y el integrado, con sus respectivas variantes, y que a su vez, considerando la sustentabilidad en el proceso proyectual oscilaban entre modelos fragmentados y modelos integradores.

Las actitudes y criterios de sustentabilidad empleados en los modelos fragmentados (Gráfico 1) se incorporan a manera de ingredientes o independientes al proceso proyectual, como la incorporación de techos verdes, la preocupación única por recolectar el agua de lluvia sin evaluar otras situaciones, responder a ciertos aspectos inconexos de las certificaciones ambientales o la incorporación no evaluada de las energías alternativas. En cambio en los modelos integradores, los criterios acompañan el proceso a la manera de un check list (Gráfico 2), o bien, son intrínsecos al propio proceso proyectual (Gráfico 3).

Gráfico 1. Modelo fragmentado

Gráfico 2. Modelo integrador    

Gráfico 3. Modelo integrador

"No es necesario solo tomar conciencia ambiental a nivel profesional, disciplinar y académico sino que hay que llevarlo de manera integrada al proceso proyectual en los talleres de arquitectura."

¿Qué se está realizando desde las escuelas y las facultades de arquitectura en Buenos Aires (Argentina)?; ¿Cómo se considera esta problemática socio ambiental desde la formación de grado en la carrera de arquitectura? En Buenos Aires hoy existen 17 carreras de arquitectura. A partir del año 2012, tanto las existentes como las 5 nuevas incorporadas, contemplan en sus planes de estudios, lo ambiental y lo sustentable ya sea en investigaciones, en proyectos de extensión, en cursos y carreras de posgrados, en los perfiles de graduados, objetivos y misión, o con la incorporación de alguna asignatura que hace referencia a lo sustentable o lo ambiental, que como diría Fernández Batanero “camina sola por senderos inconexos”.

Esta problemática, que se ve reflejada en el diseño curricular de los planes de estudio, se estaría viendo en muy poco porcentaje reflejada en los talleres de arquitectura. Así de las 26 cátedras de diseño analizadas en la carrera de arquitectura de la FADU-UBA solo el 20% hizo explícito el tema de la “sustentabilidad o lo ambiental” en su propuesta pedagógica, y en los jurys observados de Arquitectura 3 y Proyecto Arquitectónico, realizados en noviembre en los años 2017 y 2018, el promedio tanto en las exposiciones de los estudiantes como en las devoluciones de los profesores fue del 30%,  respondiendo su discurso  a un modelo fragmentado de ambientar proyectos. 

No es necesario solo tomar conciencia ambiental a nivel profesional, disciplinar y académico sino que hay que llevarlo de manera integrada al proceso proyectual en los talleres de arquitectura. El desafío es trabajar en estrategias de enseñanza novedosas que puedan permitir que los conceptos sobre lo sustentable y lo ambiental estén inmersos en el desarrollo o implementación del curriculum; en definitiva, implementar en los talleres proyectuales de arquitectura, estrategias de enseñanza que permitan pasar de un modelo de enseñanza fragmentado a uno integrador, pasar de ambientar proyectos a proyectar ambientalmente.

Bahrain World Trade Center. Atkins. Baréin 2004-2009.

En los resultados de estas observaciones e investigaciones  realizadas, se distinguió que la estructura de la tríada vitruviana está presente en la enseñanza y en las evaluaciones, es decir, se enseña y se evalúa que el producto arquitectónico resultante “funcione” (utilitas), se “sostenga” (firmitas) y sea “bello” (venustas) (Vitruvius, Pollio,1960).

El dominio del objeto de estudio y de enseñanza está centrado en torno a estos principios vitruvianos. Y más próximo a lo objetual que a la realidad contextual. En estos casos los criterios de sustentabilidad están por fuera del dominio del objeto de estudio y se incorporan a la manera de ingredientes, al igual de lo observado en los ámbitos disciplinares y profesionales y replicados en los ámbitos académicos.

Se propone pasar de un modelo fragmentado de “ambientar proyectos” a uno integrador de “proyectar ambientalmente”. En donde el dominio del objeto de estudio y de enseñanza es el todo integrado e interrelacionado desde un “pensamiento ecológico” de lo sustentable y del ambiente, comprendiendo las condiciones culturales, sociales y económicas, desde una concepción sistémica, relacional, situada, holística y compleja, con enfoque transversal y transdisciplinario.

Así, las dimensiones de la sustentabilidad: ambiental, sociocultural y económica resultan inherentes al concepto de arquitectura. Esto implica “imbuir lo sustentable” en el proceso proyectual ampliando la mirada de la arquitectura a la ciudad y al territorio, en la construcción de un modo de proyectar ambientalmente como paso previo a un “proceso inconsciente” en donde lo sustentable y la arquitectura se entrelacen conformando una unidad.

Se propone brindar un aporte para incluir en el proceso de formación de la carrera de arquitectura, un modo de “proyectar ambientalmente”, pasar de una mirada sesgada de la sustentabilidad, balanceada entre otras, según posturas ideológicas, arquitectónicas o mercantilistas, a un modelo integrador que contemple las tres dimensiones de la sustentabilidad de manera holística, sistémica, abarcadora e integrada con un enfoque transversal y transdisciplinario, ampliando la mirada a la ciudad y al territorio, considerando la economía local y regional; el pasado, el presente y el futuro de la sociedad.

* Quallito, Vicenta. Lo sustentable y el ambiente en el proceso proyectual. Actitudes y criterios de enseñanza en las carreras de arquitectura en la ciudad de Buenos Aires en perspectiva histórica -2019. Tesis de Doctorado, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Universidad de Buenos Aires, Argentina.