FashionRevolution responde a una idea impulsada por Orsola de Castro y Carry Somers, dos diseñadoras de moda del Reino Unido. Luego de que el complejo textil de Rana Plaza colapsara en 2013, las diseñadoras tomaron conciencia de que había que hacer algo por cambiar la forma en la que se hacían las cosas.
Para Cabanyes es tan importante cambiar la forma de producir como de consumir la moda. La industria de la moda, dice: “es responsable del 10% de las emisiones de CO2 al ambiente y del 20% de vertidos tóxicos a las aguas”.
Además, explica que en términos de derechos humanos también hay mucho por hacer. “Es un sector que emplea a 80 millones de personas en todo el mundo y donde encontramos explotación infantil, salarios de pobreza, condiciones de trabajo insalubres, abusos verbales y físicos, etc.”, asegura.
Por otro lado, Cabanyes explica que los ciudadanos de a pie tienen que abordar su responsabilidad y entender que cuando compra un producto está aprobando las prácticas de la empresa que lo ha producido.
“En la medida en que exijamos productos fabricados de forma responsable los propios fabricantes se verán en la necesidad de hacer cambios en sus cadenas de suministro”, afirma y destaca que “debemos consumir menos y productos de más calidad”.
Al respecto FashionRevolution elabora cada año un índice de transparencia de las mayores empresas del textil de todo el mundo. El poder saber qué proveedores hay detrás de cada marca permite a la organización realizar acciones concretas para abordar los abusos medioambientales y en el terreno de los derechos humanos.
El último índice, publicado en abril de 2019, reveló que las marcas de puntuación más alta son Adidas, Reebok y La Patagonia, con una puntuación de 64% de los 250 puntos estimados.
Si bien ninguna marca importante superó el 70%, en el reporte anterior ninguna marca obtuvo un puntaje superior al 60%, con lo cual se evidencia un avance en la exposición de la información divulgada públicamente.
Este tipo de transparencia que implica publicar las listas de proveedores, colabora con las ONGs, sindicatos, comunidades locales e incluso con los trabajadores a alertar a las marcas sobre cualquier problema potencial de derechos humanos y medioambientales en sus cadenas de suministro. También ayuda a los consumidores a entender mejor #quienhizomiropa.