Pero qué es lo que hace que la industria del papel sea una de las más contaminantes que existen? Su fabricación requiere del consumo de importantes cantidades de madera, agua, energía y productos químicos, como el cloro, altamente nocivo para la salud de las personas y el medio ambiente.
Su contaminación alcanza al aire y al agua. Genera alrededor de 3,3 kg de CO2 por cada kilo de papel, lo que la convierte en una de las industrias que más gases efecto invernadero emite. Además hace un uso intensivo del transporte lo que deja una elevada huella de carbono.
Buscar una solución a ese enorme problema ambiental es lo que se plantea una interesante innovación en pleno proceso de desarrollo: la sustitución del papel convencional por papel de piedra.
El papel convencional proviene de una sustitución. En la Edad Media se popularizó la producción del pergamino (piel curtida de oveja o cabra y cal-óxido de calcio). Debido a su alto costo entró en desuso y en la era industrial se lo reemplazó finalmente por el papel de pulpa de celulosa, que es el utilizado hasta hoy.
Ya en 1999 se registró en Taiwán, una patente para desarrollar el papel de piedra (Stone Paper, Lime-stone paper, también llamado papel mineral). Lo inventó TLM Taiwan Lung Meng.
Este papel tiene dos componentes: 80% de piedra caliza molida (carbonato cálcico) y un 20% de polietileno de alta densidad (CH2-CH2). La piedra caliza es un desecho de la minería que se extrae de las canteras y es un material abundante. Una utilidad que se le da es la fabricación de tizas. Y en cuanto al polietileno, que se emplea como aglutinante, es una resina no tóxica que se puede obtener del reciclado de plásticos como el de envases y envoltorios.
Para su fabricación no usa agua ni árboles ni cloro. Y se ha conseguido un producto 100% impermeable, lavable, resistente, antigrasa, antimoho y ecológico, sedoso y suave al tacto que permite una escritura normal con cualquier bolígrafo.