La pos-pandemia podría traer buenas noticias en la lucha climática

1 oct 2020

El mundo ha sido sacudido por la pandemia de Covid-19 y alterado prioridades, tanto de gobiernos, como de empresas y ciudadanos a nivel global. Y ha puesto en evidencia la necesidad de abordar de inmediato el cambio climático. 

Así lo entendió la consultora Bloomberg quien el pasado 21 de julio convocó a un excepcional evento virtual, celebrando el lanzamiento de la edición inaugural de Bloomberg Green Magazine, una innovadora experiencia de periodismo climático de la empresa de Michael Bloomberg.

En el evento, bajo el convocante título de “The Time Is Now”, personalidades como Al Gore, Nicholas Stern, Lucas Joppa, Rhiana Gunn-Wright, Melanie Nakagawa y otros, discutieron acerca de las lecciones que nos deja la pandemia y qué soluciones urgentes se requieren para enfrentar el cambio climático. Y se oyeron voces esperanzadoras.

BUENAS NOTICIAS

Stern, quien preside el Instituto de Investigación Grantham sobre Cambio Climático de la London School of Economics, puso de manifiesto que la pandemia “ha creado un nuevo impulso político para las políticas climáticas en todo el mundo… Si miras las encuestas de opinión, muestran que la gente quiere reconstruir mejor. Reconocen que el antiguo sistema es peligroso y reconocen que podemos cambiar rápidamente. Los líderes políticos no solo tienen el espacio para hacerlo, tienen la presión para hacerlo”.

Y Al Gore destacó que es alentador que muchos de los planes de estímulo económico se estén centrando en la reducción de carbono. Eso demuestra para el ex vicepresidente de EEUU, que “el mundo ha cruzado un umbral y cada vez es más claro que las tecnologías sostenibles son más baratas y mejores”.

Lo anticipado por Stern (nuevo impulso político) y Gore (el mundo ha cruzado un umbral en energía limpia) se ha concretado en el discurso del presidente chino Xi ante la Asamblea de las Naciones Unidas del pasado 22 de septiembre, cuando sorprendió al mundo comprometiendo a su país a ser cero emisiones de carbono para 2060 y alcanzar un límite para el 2030.

“La humanidad no puede seguir permitiéndose ignorar las repetidas advertencias de la naturaleza y seguir adentrándose en la vía de extraer recursos sin invertir en la conservación”, dijo Xi.

El anuncio de Xi fue celebrado en todo el mundo: un cambio climático catastrófico no podría evitarse sin este compromiso de China.

El anuncio fue celebrado en todo el mundo ya que el cambio climático catastrófico no podría evitarse sin un compromiso de China. Es la primera vez que la potencia asiática asegura que pondrá fin a sus emisiones de carbono.

John Murton, enviado del Reino Unido para la Cumbre climática COP26, declaró que la promesa de China podría ayudar al mundo a evitar una catástrofe climática: “Es realmente importante que China haya asumido este compromiso… No hay forma de que el mundo pueda cumplir los objetivos de París de mantener el aumento de temperatura a no más de 2°C, y tan cerca de 1,5°C, si China no hubiera hecho este compromiso”. Y advirtió que espera que otros países sigan ahora el ejemplo chino para reducir sus emisiones.

El anuncio de China ha sido aclamado por varios expertos como un paso importante de una potencia mundial para salvar el Acuerdo de París, sobre el que pesaba la salida en 2017 de EEUU provocada por Trump, un negacionista del cambio climático.

Incluso la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, felicitó a Beijing por su anuncio sobre el clima, en el contexto de otra buena noticia: la producción de energía verde superó en el primer semestre de 2020 a los combustibles fósiles en Europa. Cerca de 40% de la electricidad en el primer semestre, en los 27 países de la UE, provino de fuentes renovables, en comparación con 34% de plantas que queman combustibles fósiles

Pero el interés del presidente Xi por la transformación ecológica de China no es nuevo. Ni tampoco comienza con su propuesta de “una civilización ecológica” realizada en julio de 2013, ya como presidente de su país.

Mucho antes, siendo secretario del Comité Provincial de Zhejiang del PCCh, Xi exponía su teoría del progreso ecológico y su pensamiento sobre el modelo de desarrollo de China. Lo relata Robert Lawrence Kuhn, un intelectual estadounidense del MIT, doctorado en neurociencia, banquero de inversiones y autor y editor de más de 25 libros.

Este es su testimonio publicado el 16 de agosto pasado:

“Soy Robert Lawrence Kuhn, y esto es lo que estoy viendo: la civilización ecológica del presidente Xi Jinping, 15 años después. Fue el 15 de agosto de 2005, durante su visita a la aldea de Yucun, condado de Anji, provincia de Zhejiang, que el entonces secretario del Comité Provincial de Zhejiang del PCCh, Xi Jinping, comentó: “Solíamos decir que queríamos aguas lúcidas y montañas exuberantes, y que también queríamos montañas de oro y plata. De hecho, las aguas lúcidas y las montañas exuberantes pueden ser tan preciosas como montañas de oro y plata”. Encarnando un cambio profundo en el concepto y modelo de desarrollo de China, estos comentarios constituyen una declaración emblemática de la teoría del progreso ecológico de Xi y ejemplifican su pensamiento sobre la gobernanza nacional. A menos que se limpie el medio ambiente de China, el sueño chino no se puede cumplir. La nación china no puede rejuvenecerse si su medio ambiente permanece enormemente contaminado. El desafío para China es cómo motivar a la gente y las instituciones a proteger el medio ambiente. Por eso, en 2016, fui a la aldea de Yucun, condado de Anji, ubicado en la zona montañosa del noroeste de Zhejiang, que se ha transformado de una zona minera contaminada en un “centro verde” de agricultura, industria y turismo ecológicos. ¿Cómo pasó? ¿Se puede emular?

Aquí está la historia de fondo. Entre 2003 y 2005, el condado de Anji cerró tres empresas mineras y una fábrica de cemento en Yucun, reduciendo el PIB anual de la aldea de más de 3 millones de yuanes a unos 200.000 yuanes, equivalente a menos de 30.000 dólares estadounidenses, una calamitosa caída de más del 90%. Sus residentes tuvieron que encontrar reemplazos para sus pérdidas económicas.

Con el tiempo, un entorno natural y saludable trajo nuevas fortunas. Los residentes locales comenzaron a ganar dinero de una manera ecológica con los ricos recursos de bambú de la zona. Hoy en día, Yucun se destaca como una atracción escénica rural visitada por habitantes de las ciudades de Shanghai, Hangzhou y Nanjing. La aldea tiene 280 hogares y un ingreso per cápita de alrededor de 50.000 yuanes o alrededor de u$s 7.000.

Este año, el presidente Xi regresó a la aldea de Yucun, argumentando que el cuidado del medio ambiente proporciona grandes dividendos económicos.

Al principio de su administración, el presidente Xi elevó el término “verde” al nivel más alto de importancia nacional, como parte de los cinco conceptos principales de desarrollo. Hay tres aspectos centrales de la teoría de la civilización ecológica de Xi: 1° los entornos naturales son activos invaluables con raíces en la práctica. 2°, los entornos naturales reflejan un cambio profundo en el concepto y modelo de desarrollo de China. Y 3°, los entornos naturales representan una respuesta a las expectativas de las personas de una vida mejor.

En abril de este año, el presidente Xi regresó a la aldea de Yucun, argumentando que el cuidado del medio ambiente proporciona grandes dividendos económicos. “El medio ambiente en sí mismo significa la economía”, dijo. “Si se protege el medio ambiente, se recibirá recompensas por parte de éste”.

Es lo que observo. Soy Robert Lawrence Kuhn”.

La aldea minera de Yucun (Anji) en la zona montañosa del noroeste de Zhejiang, transformada en ‘centro ‘verde’.

EL DESAFIO CHINO

Consolidar su revolución verde hacia una “civilización ecológica” y reducir a cero las emisiones de carbono será un reto mayúsculo para China. Para alcanzar un impacto cero, durante las próximas cuatro décadas, sus emisiones no podrán superar las que logren ser absorbidas por océanos y bosques.

Ello supondrá cerrar o transformar un importante número de centrales eléctricas relativamente nuevas que funcionan en base a combustibles fósiles. El IPCC sugiere que la generación de energía a base de carbón tendrá que reducirse un 50% para 2030, si queremos poner al Planeta en la senda de un  calentamiento global dentro de 2°C sobre los niveles preindustriales. Y tendrían que cerrar un 75%  durante la década si queremos mantenernos por debajo de 1,5°C.

Pero no es algo extraño para China: entre 2012 y 2016 se han cerrado en el país 2.802 minas de carbón para proteger el medio ambiente y fomentar el crecimiento sostenible. Solo en 2016 más de 1.000 minas de carbón obsoletas, fueron clausuradas.

China está cubriendo de bosques casi un cuarto de su territorio. Esa parte del programa concluirá en 2021.

Según la planificación de la Administración Nacional de Energía (NEA) del país, se establecieron medidas para controlar los excesos de capacidad de la industria del carbón en los proyectos nuevos y se está alentando a mejorar el transporte de la energía hidráulica, eólica y solar para evitar el desperdicio.

El gobierno chino pretende una estrategia de cierre “ordenado y sostenible” para minimizar el impacto económico, sobre todo tras el impacto de la pandemia. El planteo es terminar las nuevas instalaciones para poder cerrar rápidamente las plantas más viejas e ineficientes.

El carbón supone más del 60% del consumo de energía en el país y representa hasta el 80% en la zona norte. Según estudios, China aún necesitará entre 1.250 GW y 1.400 GW de energía a carbón a largo plazo para garantizar un suministro estable de electricidad.

Hay que entender que por su enorme población y desarrollo, China significa el 34% del crecimiento de la demanda mundial de energía (2018) y que junto con India representan la mitad.

Para Jiang Kejun, profesor del Instituto de Investigación de Energía de China “políticas bien diseñadas pueden ayudar a reducir el costo de la descarbonización profunda de la energía del carbón”.

EL CAMINO DE LAS RENOVABLES

De hecho el país está embarcado en un acelerado proceso de transición energética. Veamos algunos números.

1. China es uno de los más importantes proveedores de energía y tecnología no basada en combustibles fósiles.

2. En 2017, China ya poseía el 72% de la producción mundial de paneles solares fotovoltaicos (EEUU 1%; Europa 2%). De los ocho mayores productores mundiales, seis son de Asia.

3. Si no se incluye la energía hidroeléctrica, China tiene más de un 33% de la capacidad renovable instalada en el mundo, por encima de la UE (26%) y de EEUU (14%)

4. China lidera además la generación de energía hidroeléctrica.

5. Representa casi el 70% de la producción mundial de baterías de iones de litio, que se utilizan en vehículos eléctricos (EV), teléfonos móviles y ordenadores portátiles.

6. China encabeza el ranking del coche eléctrico con el 56% de las ventas (cuatro veces más que EEUU)

Es cierto y esperanzador –como señala Dave Jones, analista de Ember Climate– que “las energías renovables generaron más electricidad que los combustibles fósiles, impulsados por el viento y la energía solar que reemplazan al carbón. Ese es un progreso rápido…hace solo nueve años los combustibles fósiles generaban el doble que las energías renovables.”

La transición ecológica de China avanza rápidamente: en 2017 instaló el mayor parque solar flotante del mundo.

 Pero, pese a las urgencias que el cambio climático impone y al notable avance de las energías renovables en eficiencia, costos y expansión de su uso, determinar el momento en que el mundo logrará hacer la transición energética hacia energías limpias y el definitivo abandono de los combustibles fósiles es aún incierto.

Algunas estimaciones pueden hacerse: el cambio climático está obligando a la industria energética a realizar una transformación radical que debería llevar a la eliminación total de los combustibles fósiles.

Para la mayoría de los especialistas, la demanda de petróleo en el mundo desarrollado ya alcanzó su máximo y según la holandesa Vitol, en el resto del mundo alcanzará su tope en 2034. Se estima además que en los próximos cinco años, el consumo de combustible líquido disminuirá de forma drástica.

 Pero como la demanda de electricidad continúa creciendo en todo el mundo, y en especial en Asia. Queda por saber si ese crecimiento podrá ser atendido por las energías renovables y nuclear o si empujará a prolongar la presencia indeseada de los combustibles fósiles.

Desde Más Azul hemos insistido en dos factores que presionan en esa dirección: el perverso lobby de las grandes petroleras, poniendo en riesgo el Planeta y el aún más perverso subsidio que muchos gobiernos siguen otorgando a los contaminadores y que desalientan a los consumidores a hacer el cambio a una fuente de energía más beneficiosa para el medio ambiente y, con frecuencia, más barata.

El FMI ha estimado que los subsidios posteriores a los impuestos a los combustibles fósiles, como el carbón y el petróleo, resultado de externalidades sin precio, como los costos sociales de la contaminación del aire y el calentamiento global, suponen cifras en torno a los 5 billones anuales.

Sólo una sostenida presión desde la ciudadanía y los medios permitirá que las buenas noticias que aparecen en el horizonte no se frustren.