Podría multiplicarse por diez en la próxima década

21 mar 2021

Los desechos plásticos contaminan los principales ecosistemas del Planeta. Existe una creciente preocupación por sus impactos en la vida silvestre y la salud humana, en especial a través de sus micro-partículas que se verifican cada vez más intensamente en organismos animales y humanos (Ver Más Azul n°15, dic 2020, “Anna Du y los microplásticos del mar” y n°17, febrero 2021, “Terminar con la polución plástica es posible”).

Durante décadas, los científicos han documentado la avalancha de desechos plásticos en los  océanos. Jenna Jambeck es una galardonada profesora estadounidense y directora de la Universidad de Georgia. PhD en Ingeniería ambiental, ha realizado durante más de 20 años, investigaciones sobre el problema de los residuos globales y contaminación plástica, con especial acento en los desechos marinos.

Sus trabajos sobre el vertido de desechos plásticos en los océanos, publicados en la revista Science han sido reconocidos por la comunidad global y forman parte del material científico utilizado tanto por la Comisión Oceánica Global, el G7 y G20, así como por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente o el Congreso de EEUU.

Es co-creadora del Marine Debris Tracker, una herramienta de información ciudadana global en la materia: una aplicación móvil de rastreo de desechos marinos que permite notificar la basura donde se encuentre, que logró detectar más de 1 millón de localizaciones de basura y desechos marinos.

Los trabajos de Jenna Jambeck sobre desechos plásticos marinos han sido reconocidos por la comunidad global.

Jenna lleva a cabo además, una intensa actividad informativa tanto en eventos internacionales, conferencias y en medios de comunicación de todo el mundo. De ese trabajo dimos cuenta en nuestro lanzamiento periodístico (Ver Más Azul n° 1, oct. 2019, “Hacia un mundo sin plástico”).

En su investigación “Plastic waste inputs from land into the ocean” en 2015, Jambeck y un grupo de científicos, lograron un notable progreso en la determinación de la cantidad y la ubicación de los desechos plásticos en nuestros mares. Estimaron que la cantidad de residuos plásticos generados dentro de los 50 kms de la costa que se incorporaron como basura en el océano mundial en 2010 oscilaba entre 4,8 a 12,7 millones de toneladas métricas, por lo que se adoptó el valor nominal aceptado de 8 Mt como referencia.

Para entonces la directora de la Universidad de Georgia advertía sobre el grave problemas de los desechos marinos: “Hemos producido 8.000 millones de toneladas métricas (TM) de plástico en este planeta desde 1950 (equivalentes a 80 millones de ballenas azules) y hemos tenido que manejar 6.400 millones de TM de eso como desperdicio, sin embargo, solo hemos reciclado el 9%. Por lejos, creo que la estadística de desechos plásticos que más me ha llamado la atención es que nuestra estimación de que el plástico ingresa al océano a nivel mundial es de 8 millones de TM por año, es decir un camión volquete de plástico por minuto”.

Aunque desde entonces, la campaña global para controlar los residuos plásticos ha sido intensa y ha calado en la conciencia colectiva, no ha logrado, sin embargo, frenar el brutal volumen de basura plástica que acaba en el mar. Por el contrario, ésta no ha cesado de crecer. Tanto por un aumento desbocado de la producción de plásticos como por su consumo generalizado (Ver Más Azul n°12, sept. 2020, Un tsunami de plásticos se prepara para inundar el Planeta”).

En 2017, en un nuevo trabajo (“Production, use, and fate of all plastics ever made”) mostraba que de los 6300 Mt de residuos plásticos solo el 9% se había reciclado, 12% incinerado y el 79% restante se  acumulaba peligrosamente en vertederos o al aire libre y señalaba que la continuidad de esas tendencias elevarías los residuos a las 12.000 millones de Tm por año en las siguientes décadas.

La basura plástica marina no ha cesado de crecer, tanto por un aumento de la producción plástica como del consumo.

EEUU: EL GRAN CONTAMINADOR

En un reciente estudio “The United States’ contribution of plastic waste to land and ocean” –publicado en Science en octubre pasado– Jambeck y su grupo revelaron que países como EEUU y la Unión Europea son responsables de tasas muy altas de generación de desechos per cápita y de grandes emisiones de plástico al océano.

Según el análisis, la población costera de EEUU generó un mayor volumen de residuos plásticos per cápita, que cualquier otro país (13,8 Mt para 112,9 millones de personas). Las poblaciones costeras de los países de la UE-28 produjeron más residuos plásticos (14,8 Mt, pero para un mayor número e personas: 187,3 millones). China, en cambio generó residuos plásticos costeros por 11,6 Mt para 262,9 millones de personas.

La población de EEUU en 2016, produjo una mayor masa de residuos plásticos de cualquier otro país en el mundo y también provocó la mayor generación anual de residuos plásticos per cápita entre los principales países productores de residuos plásticos (> 100 kg). Incluso por encima de países con enormes poblaciones como India y China. La tasa de generación de residuos plásticos per cápita de EEUU fue en ese año, aproximadamente el doble que la de la UE-28.

Un dato curioso y contradictorio con la manifiesta ‘preocupación europea’ por el medioambiente es que la UE-28 generó colectivamente más residuos plásticos que India o China, pese a tener entre la mitad y un tercio de su población.

Los investigadores advierten que los aportes ambientales dañinos de residuos plásticos generados por EEUU pueden ser mucho mayores que los evaluados en 2010, ya que a la generación de desechos plásticos vertidos por la población de EEUU (2016) debe agregarse los desechos plásticos vertidos ilegalmente a nivel nacional, más aquella basura plástica que el país exporta a países de África y Asia sin control de un manejo adecuado en el país receptor.

LA CONFABULACION PLASTICO-PETROLERA

Buena parte del incremento de los residuos plásticos y la mayor su presencia de éstos en los océanos se debe a un desmesurado aumento de la producción mundial de plástico. En el período 2020-2016 pasó  de 334 a 422 Mt (+26%). Beth Gardiner lo advirtió en The Plastics Pipeline: A Surge of New Production Is on the Way, en diciembre 2019 (Yale University Review): “Pronto se verá un mundo aún más inundado de plástico…. Las principales compañías petroleras, ante la perspectiva de una menor demanda de sus combustibles, están aumentando su producción de plásticos”.

Mientras en el mundo, miles de ciudadanos recogen los plásticos que inundan sus alcantarillas, sus calles, sus playas y sus mares y muestran su preocupación por las islas de basura plástica que ahogan los océanos, las grandes petroleras y petroquímicas, en una especie de burla global, aumentan su producción. Y lo celebran como el “renacimiento en la fabricación de plásticos”.

“Nuestra investigación –explican Costas Velis y Ed Cook, investigadores de la Universidad de Leeds a The Conversation– supuso un enorme esfuerzo para detectar, rastrear y modelar los flujos actuales y futuros de plásticos en la tierra y los cuerpos de agua del mundo. Descubrimos que el plástico que ingresa al medio marino se duplicará para 2040 y, a menos que el mundo actúe, se arrojarán más de 1.300 millones de toneladas de desechos plásticos en la tierra y en los cuerpos de agua”. (“Evaluación de escenarios hacia contaminación plástica cero”, Winnie Y. Lau, Ed Cook, Costas A. Velis, Linda Godfrey, Julia Koskella y otros; revista Science, julio 2019)

Para los investigadores, ese volumen es la consecuencia de una mala gestión de los residuos plásticos y  podría triplicarse para el 2040 si no se actúa rápidamente. De los 8 millones estimados se pasó a 11 millones de toneladas de plástico vertidas al océano (2016) que podrían elevarse a un rango entre 22 y 53 millones de toneladas al año en la próxima década.

El horizonte, si no se actúa de forma decisiva y perentoria para reducir la contaminación por plástico, podría ser un verdadero “tsunami” de plástico: hasta 99 millones de toneladas de residuos plásticos descontrolados podrían acabar en el medio ambiente para 2030.

Jambeck, en un artículo de Laura Parker (National Geographic, 7 oct. 2020), muestra su asombro y desconcierto. Cuando tras su primer estudio advirtió que el vertido en 2010 equivalía a un camión de la basura tirara su carga de plástico al océano cada minuto de cada día durante un año, esperaba que la imagen sirviera para establecer un freno.

Ahora frente a un escenario de 22 a 53 millones de toneladas no es fácil ponerlo en una imagen: “No sé. Hemos llegado al punto de lo inconcebible. ¿Un estadio de fútbol lleno de plástico al día? ¿O suficiente plástico para cubrir Rhode Island o Luxemburgo hasta la altura del tobillo?”.

Terminar con el plástico: una tarea difícil pero obligatoria si queremos sobrevivir.

EL CAMBIO ES POSIBLE, PERO SIN PLASTICO

Naciones Unidas ha señalado claramente cuál es el camino: “O nos divorciamos del plástico o nos olvidamos del Planeta”. Los informes de PNUMA revelan que, de mantenerse las cosas como están, la producción de plástico no solo crecerá, sino que se duplicará en las próximas décadas.

El Secretario General de la ONU plantea que el mundo necesita urgentemente repensar la manera en que se manufactura, se usa y se maneja el plástico. Desde la década del ‘50, la producción de plástico ha superado la de cualquier otro material y la mayoría de los productos que se hacen están diseñados para ser descartados después de un solo uso. La consecuencia: los empaques de plástico representen hoy la mitad de los desechos de este material en el Planeta.

“…cinco billones de bolsas de plástico se utilizan cada año y un millón de botellas de plástico son compradas cada minuto. Casi el 70% o más van al medio ambiente o a vertederos y más de 13 millones terminan en el mar cada año”, afirma Leo Heileman, representante en América latina del PNUMA.

Micro-plásticos y nano-plásticos han sido detectados en la sal de mesa comercial, en análisis de sangre en niños en Europa y EEUU y en la mayor parte de las aguas embotelladas y también en el agua de red. Un informe de la Universidad de Newcastle (Australia) concluyó que los seres humanos estamos ingiriendo cinco gramos de plástico por semana, lo que equivale a comer una tarjeta de crédito cada siete días. Eso significa unos 21 gramos al mes, poco más de 250 gramos al año.

De los productos consumibles estudiados, los de mayor registro de niveles de micro-plásticos son los mariscos, la cerveza y la sal. Un nuevo estudio científico de Universidad Estatal de Arizona detectó micro y nano-plásticos en órganos humanos como pulmones, hígado, bazo y riñones. Los resultados del estudio confirmaron la presencia de plásticos en el 100% de las muestras. El bisfenol A (BPA), por ejemplo, que todavía se utiliza en muchos envases de alimentos a pesar de los problemas de salud que provoca, apareció en la totalidad de las 47 muestras humanas realizadas.

El plástico que fuera uno de los grandes avances del siglo XX se ha convertido en una grave amenaza para el medio ambiente y para la salud humana.

El desafío es enorme. Requiere el trabajo conjunto de gobiernos, empresas y ciudadanía.

Pero como decía el poeta Hesse, Para nacer hay que romper un mundo”. Y aunque las dificultades para prescindir del plástico sean colosales,o nos divorciamos del plástico o nos olvidamos del Planeta”.