Los plásticos de un solo uso son una grave amenaza ambiental y para la salud humana

07 jun 2021

El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente publicaron este mes un informe conjunto donde cuestionan los productos plásticos de un solo uso.

El informe –dicen desde WTTC– es un primer paso para mapear los productos plásticos de un solo uso a lo largo de la cadena de valor del sector viajes y turismo, a fin de identificar los puntos críticos para fugas ambientales y brindar recomendaciones prácticas y estratégicas para empresas y reguladores.

EL PLASTICO AMENAZA AL TURISMO

No se trata tan solo de una buena conciencia planetaria de un sector económico relevante sino que está en juego su propio desarrollo. El plástico se ha convertido en uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el turismo presente y que amenaza con comprometer su futuro.

El plástico se ha convertido en una de las grandes amenazas que enfrenta el turismo presente y futuro.

La contaminación causada por el plástico en todo el Planeta es enorme: 9 millones de toneladas de residuos plásticos terminan cada año en los mares del mundo, que implican un reto ambiental para muchos destinos turísticos.

La mayor parte de ese plástico es producido para usarlo una vez, y a veces por muy cortos períodos de tiempo. Como señala la Organización Mundial del Turismo (OMT) la mayoría de la actividad turística se desarrolla en zonas costeras y esos plásticos terminan finalmente contaminando ríos, lagos y océanos.

Norteamérica, Japón y la Unión Europea son los mayores productores de desechos plásticos per cápita y sólo el 9% de ellos ha sido reciclado. Si esta tendencia continúa, para 2050 tendremos unos 12.000 millones de toneladas de desechos plásticos en los basureros y en la naturaleza.

Las cifras son impresionantes. Como señala Leo Heileman, Director regional del PNUMA para América Latina y el Caribe lo (Pnuma): “Tenemos una situación en la que 5 billones de bolsas de plástico se utilizan cada año y un millón de botellas de plástico son compradas cada minuto. Casi 70% o más van al medio ambiente o a vertederos y más de 13 millones llegan al mar cada año”.

Como consecuencia mueren hasta un millón de aves marinas por año, y unos 100.000 mamíferos marinos, tortugas marinas y miles de peces, poniendo en riesgo además la salud humana.

La OMT ha planteado reiteradamente que empresas y destinos turísticos deben adoptar medidas conjuntas para frenar la contaminación en curso, rediseñando el modo en que se utilizan esos plásticos.

Desde esa organización, que depende de Naciones Unidas, insisten en “aprovechar la oportunidad para alcanzar la circularidad en el uso de los plásticos” y escalar la acción de los agentes y destinos turísticos, creando “una alianza mundial para luchar contra la contaminación de los plásticos”.

La pandemia de Covid-19 ha tenido impactos en la contaminación por plásticos de un solo uso. Aunque ha generado algunos efectos positivos en los consumidores que han tomado conciencia del perjuicio de los desechos plásticos y adoptan medidas prácticas para mejorar su uso; otros han sido muy negativos como la multiplicación de la demanda de artículos de plástico de un solo uso debido a la gran preocupación entre los turistas por la salubridad.

Las turísticas playas de Kuta y Legian en Bali, inundadas por hasta 60 toneladas de basura plástica cada día.

En un destino turístico de la importancia de Tailandia, según el Instituto de Medio Ambiente de ese país, en el primer año de pandemia, los desechos plásticos pasaron de 1.500 toneladas a la brutal cifra de 6.300 toneladas por día, debido al aumento extraordinario de las entregas de alimentos a domicilio.

Las famosas playas de Bali (Indonesia) están atiborradas de basura plástica debido a tres factores confluyentes: el clima monzónico, la mala gestión de los desechos y la crisis mundial de contaminación marina.

DESTINOS TURISTICOS EN JAQUE

De entre todos los plásticos, el peor enemigo del clima es el polietileno, material que se utiliza en las habituales bolsas de la compra y que es el polímero sintético más producido y desechado del mundo y el mayor emisor de ambos gases de efecto invernadero, al descomponerse.

Esas son las conclusiones de un estudio encarado por la Universidad de Hawái, un destino turístico de la mayor relevancia. Un equipo de científicos de esa Universidad ha descubierto que, al descomponerse, el plástico libera una variedad de sustancias químicas que tienen un impacto negativo en los organismos y ecosistemas, y que esta degradación contribuye a la vez al calentamiento global.

Cuando los plásticos más comunes se ven expuestos a la radiación solar emiten al descomponerse dos potentes gases de efecto invernadero: metano y etileno. Los plásticos pasan así a convertirse en una fuente no registrada de contaminantes que atrapan el calor. Los resultados del estudio han sido publicados en la revista científica Plos One.

En julio de 2020, la Agencia de Protección Ambiental de Hawái calificó las aguas de dos playas del archipiélago como contaminadas por basura plástica, depositada en sus litorales por las corrientes circulares del Océano Pacífico que también podrían incluir basura originada en Honolulu.

El problema requiere soluciones globales porque la basura es depositada además por las corrientes oceánicas.

Otra investigación –en este caso de Greenpeace– evaluó ocho Áreas Naturales Protegidas (ANP) pertenecientes al Caribe mexicano y Golfo de México, de enorme importancia turística, donde el relevamiento fue lapidario: en todas se encontraron desechos plásticos, procedentes de 12 países de distintos continentes (México, EEUU, Rep. Dominicana, Colombia, Ecuador, Guatemala, Puerto Rico, Francia, Italia, y algunos tan remotos como Singapur o Turquía).

SOLUCIONES GLOBALES

La investigación demuestra que la contaminación por plásticos en el mar tiene no solo tiene alcances locales, sino regionales y globales. Los ecosistemas marinos de todo el mundo están en peligro y por tanto, la industria del turismo y los viajes también.

El informe de WTTC-PNUMA reconoce que se requieren soluciones globales para abordar las preocupaciones corporativas sobre la utilización de productos plásticos de un solo uso. Su objetivo es apoyar acciones y políticas que impulsen de forma coordinada, un cambio hacia los principios de circularidad. Es necesario lograr modelos de reducción y reutilización, así como cambios en las infraestructuras de residuos actuales y futuras.

“La pandemia de COVID-19 ha acelerado la agenda de sostenibilidad y las empresas y los reguladores ahora se centran aún más en ella”, reconoce Virginia Messina, vicepresidenta sénior y directora ejecutiva interina de WTTC. “Como una prioridad creciente, se espera que las empresas continúen reduciendo el desperdicio de productos plásticos de un solo uso para el futuro e impulsen la circularidad para proteger no solo a nuestra gente, sino, lo que es más importante, nuestro planeta”.

Sheila Aggarwal-Khan, Directora de la División de Economía del PNUMA asegura que “los viajes y el turismo tienen un papel clave que desempeñar para abordar la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación… El advenimiento de COVID-19 y la consiguiente proliferación de productos plásticos de un solo uso ha agregado urgencia a las crisis”.

En un contexto en el que los consumidores avanzan en sus prácticas hacia decisiones más conscientes sobre la crisis ambiental, las empresas deben avanzar rápidamente con respuestas que atiendan a la sostenibilidad.

Los plásticos de un solo uso además de constituir una irracionalidad económica son una amenaza para el medio ambiente y la salud humana. Y es necesario que el sector de Viajes y turismo contribuya a la solución del problema en el que está implicado su propio futuro.

Informe WTTC-PNUMA completo, aquí.