22 feb 2022

Este mes de febrero celebramos el Día Mundial de los Humedales, que conmemora un nuevo aniversario de la firma de la Convención Internacional sobre los Humedales, conocida también como Convención de Ramsar, que promueve su conservación y uso racional.

Constituyen ecosistemas vitales como refugio de fauna, filtrado de contaminación y depósitos de carbono Foto: PNUD China.

Estos ecosistemas pese a que solo cubren un 6% de la superficie terrestre, son refugio del 40% de todas las especies vegetales y animales que viven o se reproducen en ellos. Se trata de ecosistemas frágiles a medio camino entre los sistemas terrestres y los acuáticos, que contribuyen de forma crucial a la biodiversidad, la mitigación del clima, la disponibilidad de agua dulce y la resiliencia económica.

Hoy son uno de los hábitats más amenazados de la Tierra. Casi el 85% de los humedales que existían hace 300 años se han perdido. Su desaparición ha sido tres veces más rápida que la de los bosques y supone una amenaza existencial para cientos de miles de especies animales y vegetales.

Naciones Unidas llama la atención sobre ese dramático proceso porque los humedales constituyen uno de los ecosistemas más importantes del Planeta, como refugio para la fauna, filtrado de la contaminación e importantes depósitos de carbono.

PNUMA señala que resultan vitales para las especies vegetales y animales viven o se reproducen en ellos. Pero también lo son para el bienestar y la seguridad de los seres humanos: más de 1.000 millones de personas en todo el mundo dependen de ellos para su subsistencia, casi uno de cada ocho habitantes de la Tierra.

La voracidad especulativa ha llevado a que muchos de ellos han sido drenados para convertirlos en “áreas productivas” (nuevas zonas urbanizadas, explotación agrícola, etc). “Los humedales sanos, que son fundamentales para la mitigación del cambio climático, la adaptación, la biodiversidad y la salud y prosperidad humanas, dan más de sí en términos de beneficios” explica Leticia Carvalho, coordinadora principal de asuntos marinos y de agua dulce del PNUMA.

“Almacenan más carbono que cualquier otro ecosistema, y sólo las turberas almacenan el doble que todos los bosques del mundo. Los ecosistemas de humedales interiores también absorben el exceso de agua y ayudan a prevenir las inundaciones y las sequías, lo que se considera fundamental para ayudar a las comunidades a adaptarse a un clima cambiante”, recuerda la funcionaria de Naciones Unidas.

De allí la necesidad imperiosa de su protección. En la COP 26 de Glasgow se puso de manifiesto la conciencia de que falta financiación y voluntad política para asegurar la protección de los humedales. De hecho, en muchos de los planes de los países miembros (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional – CDN) no figuran o no están integrados a sus planes de desarrollo.

La buena noticia es que, de acuerdo a los Objetivo de Desarrollo Sostenible (meta 6), todos los países se han comprometido a proteger y restaurar los humedales para 2030.

Pero como señala el PNUMA, hoy los humedales son los grandes olvidados de la crisis climática. Pocos tienen presente que son ecosistemas clave para detener la pérdida de biodiversidad. Según estudios, son más de 140.000 especies las que dependen de los hábitats de agua dulce para su supervivencia –entre ellas el 55% de todos los peces–.

En la actualidad casi un tercio de toda la biodiversidad de agua dulce se enfrenta a la extinción.

Pero las especies de los humedales son más vulnerables al riesgo de extinción que las especies terrestres o marinas. En la actualidad casi un tercio de toda la biodiversidad de agua dulce se enfrenta a la extinción debido a la pérdida de hábitat, la sobreexplotación, la contaminación, etc.

La Agenda 2030 y los humedales

Cinco razones muestran porque los humedales son esenciales para el logro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): 1. Protegen las costas de los fenómenos meteorológicos extremos, actuando como amortiguadores, reduciendo la intensidad de las olas, las mareas tormentosas y los tsunamis; 2. Protegen al 60 % de la humanidad que vive y trabaja a lo largo de las costas de las inundaciones, con todo lo que éstas implican; 3. Aminoran los impactos de las inundaciones y atenúan las sequías; 4. Absorben y almacenando el exceso de agua de lluvia, a la vez que liberan agua, cuando se necesita; 5. Absorben y almacenan carbono de forma natural.

Entornos de gran diversidad biológica

Una de sus características fundamentales es la enorme variedad de flora y fauna que albergan. Un humedal tiene la capacidad para mantener vegetación acuática flotante o sumergida. Se trata de uno de los hábitats más ricos del Planeta donde plantas y animales, aseguran agua y alimento para su subsistencia gracias a que albergan una alta concentración de organismos como insectos y muchos invertebrados.

Pueden habitarlos desde grandes mamíferos como tigres de Sumatra y malayo o pumas; reptiles de gran tamaño como cocodrilos y caimanes y grandes aves como los flamencos hasta pequeños anfibios como las ranas. En cuando a su flora, suelen ser distintivos los pastos marinos, lirios, lentejas de agua, mangle y árboles como el arce y el ciprés, etc.

El ecosistema de los humedales está controlado por el agua. Por tanto, el suelo debe permitir la saturación de agua estanca o corriente para que permanezca ahí durante un tiempo considerable para evitar que a lo largo del año el humedal pueda secarse. Es entonces cuando el agua acumulada proporciona las condiciones necesarias para el crecimiento de la flora y consolida un espacio como refugio de su fauna.

Son los depósitos naturales de carbono más grandes de la Tierra y clave para enfrentar la crisis climática.

Pero el deterioro de los humedales es manifiesto y acelerado. En los últimos 50 años, la disminución afectó al 81% de las poblaciones de especies de humedales continentales y al 36% de las especies costeras y marinas. Es crucial, por tanto, proteger estos ecosistemas para evitar que desaparezcan.

La degradación y pérdida de los humedales acarrea graves impactos directos no solo en la calidad y acceso al agua, sino también en la seguridad alimentaria, la biodiversidad y secuestro de carbono. Mantener sanos estos ecosistemas es esencial para lograr mitigar la crisis climática y asegurar la supervivencia especie humana. 

Si algo debemos recordar en el Día Mundial de los Humedales es que son los depósitos naturales de carbono más grandes de la Tierra. Su conservación es clave para enfrentar con éxito la lucha contra el cambio climático.