La basura oceánica convertida en rocas de plástico

01 abril 2023

Se trata del sorprendente hallazgo de un grupo de investigadores en una remota isla de Brasil, de unas rocas fundidas con residuos plásticos derretidos, en un archipiélago del Atlántico que es un reservorio de biodiversidad utilizado cada año por las tortugas verdes como un lugar para desovar.

No solo destruimos la biodiversidad sino que hemos llevado la contaminación a la geología.

Quien contemplara el entorno de la isla Trinidad en el ecuador brasileño, no dudaría en afirmar que ha conocido el “paraíso”. A 1.150 kms del subcontinente sudamericano, en medio del Océano Atlántico, es uno de los lugares de conservación más importantes del mundo donde llegan cada año miles de ejemplares de tortugas verdes (Chelonia mydas) para reproducirse.

Durante el VIIIº Foro Mundial del Agua (Brasilia 2018), Brasil había anunciado el establecimiento de dos nuevas unidades de conservación en archipiélagos remotos del Atlántico, con lo que aumentaba de 1,5% a 24,5% el porcentaje de sus mares bajo protección.

Se trataba de áreas de extraordinaria biodiversidad marina como los archipiélagos São Pedro y São Paulo, en el estado de Pernambuco, y la cadena volcánica submarina que conecta la isla de Trinidad con el archipiélago Martín Vaz, en el estado Espírito Santo. La primera de las áreas protegidas tiene 449.550 kms2 y la segunda 471.532 kms2, que son el hogar de especies en peligro crítico, como la tortuga carey, y otras amenazadas o vulnerables como el tiburón ballena, la tortuga verde o el atún aleta amarilla, además de 17 especies de tiburones, 12 especies de ballenas y delfines y 124 especies de plantas de las cuales 11 son endémicas.

Si bien la isla Trinidad carece de población permanente; Brasil tiene allí desde 1948 un Puesto Oceanográfico (POIT), con una guarnición de 32 hombres de la marina de ese país, que son suplantados cada seis meses, quienes además de la protección militar recolectan de datos mareográficos y meteorológicos del Atlántico Sur, mientras que la investigación ambiental de ese riquísimo ecosistema está a cargo del Museo Nacional de Brasil.

Aquella decisión de Brasil (gobierno de Michel Temer) de proteger la cuarta parte de sus mares colocaba al país por encima de la meta fijada en el Convenio sobre Diversidad Biológica que establecía proteger el 10% de los océanos antes de 2020. Ello motivó el reconocimiento de Naciones Unidas a través de Erik Solheim, entonces Director Ejecutivo de ONU Medio Ambiente: “Esta iniciativa sin precedentes que apunta a proteger casi un millón de kilómetros cuadrados de extraordinaria riqueza biológica muestra el compromiso de Brasil con la protección de los ecosistemas marinos y las especies únicas en peligro de extinción”.

El camino del infierno

Parecía el camino del paraíso. Pero olvidábamos que hemos inaugurado una nueva era, el Antropoceno, que designa las repercusiones de los humanos sobre el clima y la biodiversidad a partir de los daños –muchos de ellos irreversibles– ocasionados por un irracional sistema de producción y consumo que acumula gases de efecto invernadero, basura, y todo tipo de residuos tóxicos para la salud humana y el medioambiente.

El plástico se ha fundido y entremezclado con las rocas de la isla: “Esto es nuevo y aterrador al mismo tiempo, porque la contaminación ha llegado a la geología”, advierte Fernanda Avelar Santos, geóloga de la Universidad Federal de Paraná, que dirigió la investigación.

“La contaminación, la basura en el mar y el plástico vertido incorrectamente en los océanos se está convirtiendo en material geológico… preservado en los registros geológicos de la Tierra… Hablamos mucho del Antropoceno, y nos encontramos en este momento”, sentencia la experta.

Rocas fundidas con residuos de plásticos muestran el terrible el legado humano sobre el Planeta.

Junto a un grupo de investigadores brasileños ha publicado un estudio en la revista Marine Pollution Bulletin anunciando el hallazgo de unas “aterradoras” rocas mezcladas con residuos de plásticos en la remota isla que demuestra el terrible el legado humano sobre la geología y los ecosistemas del Planeta.

La producción de plástico se cuadruplica

Santos y su equipo realizaron pruebas químicas para identificar qué tipo de plásticos están presentes en las rocas, llamadas “plastiglomerados”, porque están formadas por una mezcla de gránulos sedimentarios y otros restos unidos por plástico.

Los investigadores estiman que el plástico contaminante “procede principalmente de las redes de pesca, que son residuos muy comunes en las playas de la Isla de Trinidad” que los pescadores de todo el mundo abandonan como basura cuando se rompen o cumplen su ciclo de uso.

Avelar Santos considera que “estas redes son arrastradas por las corrientes marinas y se acumulan en la playa. Cuando sube la temperatura, este plástico se funde y se incrusta con el material natural de la zona”.

Pero hay que recordar que además en el área atlántica donde se encuentra la isla Trinidad y los archipiélagos de su entorno, opera uno de los grandes vertederos oceánicos de basura, que conforman gigantescas  “islas de residuos plásticos”, como puede verse en el gráfico siguiente:

 

En un informe publicado en la revista científica PLOS One a comienzos de este mes (marzo 2023), Marcus Eriksen del 5 Gyres Institute e investigadores de otras organizaciones y universidades evaluaron que “hay más de 170 billones (2 millones de toneladas) de partículas diminutas de plástico flotando en la superficie del océano, y muchas de ellas llegaron allí después de 2004”.

La investigación descubrió que gran parte de los desechos que flotan en el océano llevan casi dos décadas, desde que fueron arrojados. La situación es dramática ya que, según la OCDE, la producción de plásticos en el mundo se ha cuadruplicado en los últimos 30 años y los residuos que generan se han duplicado con creces en los últimos 20 años.

Eriksen dice que esto fue impulsado por varios factores: un aumento dramático en la producción general de plástico, una mayor cantidad de microplásticos (resultado de la descomposición de los plásticos más antiguos) y la falta de leyes internacionales que aborden la contaminación marina. Hay que tener en cuenta que solo se recicla un 9% y se prevé que para 2040 la contaminación por plásticos en los océanos aumentará 2,6 veces.

Conducta irresponsable y criminal

Un 85% de los envases de plástico en todo el mundo terminan en los vertederos. EEUU es el mayor contaminador de plásticos del mundo, con más de 50 millones de toneladas de desechos plásticos producidos solo en hogares en 2021, de lo que solo recicló un 5%.

En tanto la producción de plástico procede de combustibles fósiles (petróleo y gas) son una fuente creciente de contaminación aparte del volumen gigantesco de los residuos que provoca y que terminan en los océanos y contaminando la superficie terrestre.

La conducta de los fabricantes de plásticos es irresponsable y criminal, teniendo en cuenta las consecuencias que acarrean. De manera farisaica sostienen que ellos no son responsables de que la población deseche sus plásticos como basura. Lo que no dicen es que la mayoría de los envases de plástico que fabrican son a partir de siete tipos de plástico, en gran medida incompatibles entre sí, lo que los hace imposibles o costosos para su reciclaje.

Aparte del PET (tereftalato de polietileno), que es el plástico más común del mundo y el más reciclable, hay otros cinco tipos de plástico que rara vez se reciclan. Aquellos plásticos fabricados con la mezcla de varias resinas, entre ellas el policarbonato y el ABS (Acrilonitrilo Butadieno Estireno) no pueden reciclarse y el PVC (policloruro de vinilo) es muy difícil de reciclar, además de ser considerado por los expertos como el plástico más peligroso debido a su proceso de fabricación. 

Tampoco es posible reciclar los plásticos mezclados con otro material como pegamento, aluminio o resinas por las dificultades para separarlos ni algunos plásticos de color cuyos sus pigmentos pueden dañar la maquinaria utilizada en el reciclaje.

“Es difícil reprocesar y clasificar todo el plástico”, dijo Lisa Ramsden, activista senior de contaminación plástica (Greenpeace USA). Los contenedores de reciclaje mixtos contienen una gran cantidad de contaminantes que hacen que el plástico no sea reciclable”. En realidad, “el reciclaje no es el problema, sino los plásticos. Dado que el plástico virgen nuevo suele ser más barato que el material reciclado, el reciclaje de plástico no es económico”.

Es decir que los grandes productores privilegian sus ganancias aunque el plástico que producen esté ahogando el Planeta. Ganancias que se multiplican debido a que el petróleo y el gas que utilizan reciben enormes subsidios de los gobiernos (Ver Más Azul n° 4, enero 2020, “Subsidiamos nuestra extinción”). Para Sander Defruyt, líder de la iniciativa New Plastics Economy que propicia la Ellen MacArthur Foundation, el plástico reciclado sería más competitivo si se eliminaran los subsidios a los combustibles fósiles que hacen que el plástico virgen sea demasiado barato

Grandes productores de plásticos, como Nestlé y Danone, prometen promover el reciclaje e incluir más plástico reciclado en sus contenedores, lo que han incumplido sistemáticamente y a través de sus grupos de presión sumados a los supermercados, operan contra los esquemas de devolución de depósitos, que incluyen botellas de plástico.

La producción hasta 2060 podría triplicarse a nivel global por lo que es necesario establecer regulaciones internacionales de efecto universal, para optimizar la producción, el uso y forzar su reutilización. Este próximo mes de mayo, los gobiernos se reunirán en París para reiniciar las negociaciones de un Tratado Mundial sobre contaminación plástica.

La isla volcánica de Trinidad que ha despertado la fascinación de los científicos durante años como reserva de una naturaleza salvaje y preservada, es ahora una preocupante señal de alarma sobre la creciente influencia del ser humano en la alteración profunda de la vida en la Tierra e incluso en sus ciclos geológicos, ¿Éste será nuestro triste legado?